Construir puentes

Diciembre es un mes de gran actividad en los juzgados de familia por la cercanía de muchas fechas especiales en relación con el cumplimiento de acuerdos de reglamentación de visitas o porque se introducen reclamos, denominados «incidentes», por el incumplimiento de los procesos de reglamentación de visitas.

Otras veces, el tema tiene que ver con los procesos de alimentos. Los gastos de diciembre muchas veces producen desavenencias entre progenitores y los juzgados son los escenarios donde se dirimen.

Me atrevo a afirmar que muchos padres y madres no se ponen a pensar que, por el reclamo de un derecho, quizá justo, se puede producir una herida muy grande en ese hijo o hija, que recordará esta época como conflictiva y es posible que sea de esos adultos que en Navidades y Año Nuevo se ponen tristes, o a quienes no les gustan estas fechas.

Por eso, es importante que los progenitores resuelvan sus duelos, iras y rencores con sus antiguas parejas para no trasladar su resentimiento hacia los hijos, queriendo y buscando lo mejor para ellos.

Los abogados jugamos un papel muy importante en este triste escenario, ya que podemos colaborar a levantar muros entre padres e hijos o, por el contrario, podemos ayudar a que se construyan puentes de comunicación que permitan que los conflictos se disuelvan por el amor a los hijos.

Muchos de ustedes pensarán que eso suena al País de las Maravillas. Sin embargo, es posible criar hijos sanos de padres separados, siempre y cuando hagamos un trabajo personal serio que nos permita reconocer nuestros errores y enmendarlos, trabajar el victimismo, el egoísmo y la venganza, y cambiarlos por amor y empatía.

ABOGADA, MEDIADORA, COACH