• martes 07 de febrero de 2017 - 12:00 AM

Clamando justicia con prudencia

Nos mostramos disconformes con el litigio en los medios

Nos mostramos disconformes con el litigio en los medios. Esta práctica contraría preceptos éticos, al pretender quebrar la conciencia y voluntad del funcionario, con oscuros propósitos de justicia. Ante los escándalos de corrupción de Mozzak y Fonseca, la Lista Clinton y Odebretch, el sainete de los defensores y los perseguidores, no tiene límites.

Es sano ese clamor ciudadano por justicia, sin olvidar que tras ellas se ocultan los que buscan desacreditar a rivales políticos y empresariales, los que persiguen notoriedad pública, sin importarles sinceramente la decisión final de los tribunales. Para muchos de los críticos, la corrupción sigue imperando en la justicia; sin embargo celebran la sentencia del juzgador, si le es beneficiosa a sus intereses profesionales.

Miles fueron las denuncias que se recibieron en 1990, que llevaron a la justicia a su máxima incapacidad, y en consecuencia, aquel gobierno en breve cayó en el absoluto desprestigio político.

Este ambiente ha credo a una sensación de inestabilidad, cuyos efectos negativos ya se empiezan a sentir con el cierre de empresas y los despidos masivos. Hoy mucha teme que su honra quede empañada, con esas ráfagas letales lanzadas desde los micrófonos.

La mención en una persona en una investigación foránea, debemos manejarla con suma cautela. Ellas importarán en Panamá, sólo si se trata de hechos aquí se logren acreditar. Los rumores mediáticos por actos de corrupción, no son idóneos para iniciar una investigación penal. Es peligroso que el investigador los pondere aptos, al creer que con estos con tomar medidas mínimas o extremas contra terceras personas, lograra neutralizar a sus detractores.