• viernes 21 de marzo de 2014 - 12:00 AM

El cielo y la tierra por un voto…

Apocos días para que el pueblo panameño elija a un nuevo gobierno, la oferta electoral se descontroló y está prometiendo cosas, no conte...

Apocos días para que el pueblo panameño elija a un nuevo gobierno, la oferta electoral se descontroló y está prometiendo cosas, no contenidas dentro de los planes originales de cada campaña. Darles 100 dólares a los jóvenes que no trabajan ni estudian, un plato de comida a B/1.00, subsidiar deudas millonarias a productores agropecuarios, regalar casas, terrenos, lanzar dinero por las calles parecen ser las recetas mágicas. El objetivo es ganar el voto inconsciente y desprevenido, el cual está sumergido en los bolsones de pobreza y marginalidad que produce la politiquería barata y la corrupción institucional.

Jamones, tanques de gas, billetes de B/1.00, ilusión, entre otras propuestas, son publicitadas con tanta regularidad, que hacen ver a las cervecerías y a las empresas telefónicas como tiendas de abarrotes a la hora de invertir en publicidad. El origen de tanta pauta política genera dudas sobre la intención de gastar millonarias sumas, que de forma legal es imposible recuperar con los ingresos legales que produce un cargo público, si es que en realidad hay políticos que viven solo con su salario de funcionarios.

La propaganda y la alta exposición mediática a la que es expuesta la población carece, no solo de contenido, sino también de veracidad, con lo cual se evidencia la mala fe por parte de los que seducen al panameño para que vote por su propuesta. Nunca antes, desde el retorno de la democracia, la clase política criolla había tratado con tanto desprecio al pueblo que les ofrece el poder, al punto de creer que la gente es tan ignorante que se le puede prometer tanto embuste solo para lograr un voto.

Hoy, algunos inescrupulosos hablan del voto útil, en lugar de promover el voto analizado, el voto inteligente, el voto consciente, el voto decente. Aquí pasan cosas a diario y el pueblo las ve; tal vez, por su carácter pasivo el panameño les haga pensar que a nadie le importa. La agresividad con la cual se intentan comunicar los logros alcanzados, ofende la razón de quienes le prestan por cinco años el poder a los políticos. El ego y la prepotencia hacen perder la visión a los que ven muy bien, pero que creen que hacerse los locos les es mucho más útil en medio de una campaña con mucho dinero para gastar.

* Periodista