‘Carta abierta a la juventud panameña’

Entiendo que por tu natural rebeldía, desatiendas las razones y orientaciones de los adultos. Lo mismo me ocurrió a mí, cuando respondía con irreverencia reprobable, al mejor de los consejos. No es fácil encontrar puntos de coincidencia entre tú y yo. Tú miras hacia el futuro, y yo debiera mirar el presente. Tú tienes tiempo para equivocarte y corregir, pero a diferencia tuya, mi irresponsabilidad llevaría hambre a mi familia. Tienes la ventaja de que tú te puedes dar el lujo de troperas, caerte, pues siempre encontrarás la mano amorosa de tus padres que te levantarán del suelo.

Sin pretender que alteres el desenlace normal de los ciclos de la vida, intento hacerte reflexionar sobre la dimensión de los problemas políticos que en el presente enfrenta la sociedad panameña, pues no puedes pasar agachado, pensado que esos son asuntos de los mayores. En la década del 70 jugué mi papel en momentos cargados de mucha efervescencia política, en los que unos defendían las bondades del ‘proceso revolucionario’ y otros luchábamos por el retorno a la democracia.

Desde lo profundo de mi ser, lamento profundamente que hoy tengas muy pocos ejemplos constructivos que te inviten a la política, pero te habrás enterado de que en pocos días estamos por elegir al próximo presidente de la República. ¿Qué tendría que ver eso contigo? Tal vez tus padres te hayan dado un nivel de vida que ellos no tuvieron, y quisiera que tú pudieras levantar a tu familiar teniendo esas mismas condiciones. Mi temor es que como andan las cosas, tu futuro se presente lleno de nubarrones.

Como ya estoy doblando el último tramo de mi vida, pudiera cruzarme de brazos, y ver cómo se deshace mi Panamá, con los sueños de grandeza personal de la juventud incluidos. Sin que alteres drásticamente tu vida, en estos últimos días, intercala tu placer por el ‘reguetón’, con algunas reflexiones sobre tu futuro, preocupación en mente con la que los padres responsables haremos nuestra selección. A propósito, te aseguro que Navarro y Solís son la única opción que mira el futuro del país con preocupación y seriedad.

* Abogado y docente