• miércoles 09 de noviembre de 2022 - 12:00 AM

Ataviada

Lucir una pollera completa es el sueño de toda mujer panameña, sin embargo, no todas tenemos la dicha de tener una propia

Lucir una pollera completa es el sueño de toda mujer panameña, sin embargo, no todas tenemos la dicha de tener una propia. El costo de está varía en varios miles de dólares. La confección de este atuendo es el resultado de un trabajo delicado de dedicación de artesanos panameños y el final vale cada costo y mucho más.

Vivir la experiencia de lucir una pollera es de esas vivencias que quedan grabadas en la memoria de toda mujer y quise vivirla, como no tengo pollera propia tuve que alquilar una. Escogí una de rosas rojas con mota turquesa.

Sentir la suavidad de la tela en contacto con la piel y los encajes combinado con la sensación de las alhajas en el torso y la cabeza adornada con las peinetas y los tembleques que en movimiento producen un hermoso sonido.

El atuendo de la pollera es abundante y equilibrado. Esa es la magia y el esplendor que tiene este traje típico. Hay que cuidar muchos detalles el tamaño de la cabeza de la mujer en proporción del tamaño de los tembleques y seguir las reglas en cuanto al número de las joyas ya que un breve descuido y se desarticula esa perfecta armonía.

El maquillaje es fuerte '¨para que el traje no nos atrape¨- me dijo la señora que me maquilló-, no lo entendí hasta que vi el resultado final. El magnífico equilibrio de lo exuberante.

Una mujer empollerada es una mujer indestructible, porque se siente hermosa, se siente valiosa. Lo podremos admirar en el brillo de sus ojos, desde la niña que está con su mamá en la parada de buses, como una señora que desea su foto en pollera.

ABOGADA, MEDIADORA, COACH