• jueves 10 de noviembre de 2022 - 12:00 AM

Apogeo de las redes

El mundo se divide entre nativos digitales y migrantes digitales

No desoiga el rugir de las redes sociales. Atiéndalas. Nueva plaza pública díscola. La vida no es como antes. Internet nació en 1967 en rincón militar. Su potencia se exteriorizó con la creación del web, a principios de la década de los noventa.

Un divisor de aguas el web: el mundo se divide entre nativos digitales y migrantes digitales. Los primeros nacieron en ese mundo, y ni tienen capacidad de diferenciar el antes y después. Los migrantes se rompen la cabeza, pues sus coordenadas originales naufragaron.

Antes del boom de las redes sociales, en su mayoría, las personas eran destinatarias de mensajes e información política, y su participación era limitada o nula.

Hoy la audiencia es activa, gracias a internet. Aunque está disgregada, y, en una sociedad como la panameña, con dos millones de usuarios de internet, los cibernautas están poco organizados. Se navega sin rumbo fijo, con ambiente borrascoso, sin embargo la mayoría no está dispuesta a quedarse quieta. Neoparticipación digital.

Dele al ciudadano un teclado, y se creerá un dios envalentonado y dispuesto a interponerse ante cualquier navegante no importa su experiencia política. Una nueva forma de democracia.

Esas redes sociales son el medio por el cual los ciudadanos se comunican con los operadores de la política, y son el vehículo de transmisión de las convocatorias para las movilizaciones. Verbigracia aquella del pasado 9 de enero que se escenificó en la Cinta Costera.

Hasta los conceptos han variado, si bien a líderes cuesta entender esa ecuación. El militante, en un abrir y cerrar de ojos, ha pasado a ser activista; es el ciberactivista.

Articuladores políticos y no se vinculan, participan y son escuchados. En el medio digital ya no se conoce al militante como tal, se le ha dado la categoría de activista de una propuesta, es un ciberactivista.

Internet ha irrumpido cambiando las formas de relacionarse, no solo de comunicarse, y representa una transformación en la relación política y ciudadanía.