- domingo 07 de septiembre de 2025 - 12:00 AM
Más allá de disfrutar de nuestras áreas verdes sobresale la necesidad de garantizar la seguridad a la población, dado que, en periodos de intensas lluvias y fuertes vientos, la caída de árboles es cada vez más frecuente y se torna peligrosa.
La labor de los municipios mancomunadamente con instituciones como el Ministerio de Ambiente demanda proactividad constante, donde la gestión para remover o canalizar cortes y podas, sea eficaz y permita climas de tranquilidad.
Por supuesto que la intención primera es de conservación mas requerimos de educación o al menos orientación ambiental para evitar siembras de árboles, en lugares no aptos, por las condiciones de crecimiento y armonía con el entorno. En barriadas esta situación es evidente.
Para muestra un botón. La siembra de los conocidos ficus, de colores vivos, en áreas inadecuadas puede tener impacto negativo, debido a su sistema de raíces invasivas y poderosas, que ocasionan daños a infraestructuras como tuberías, cimientos y banquetas, generando altos costos de reparación y afectando la seguridad peatonal.
Igualmente, especialistas advierten que su savia es ligeramente tóxica y puede causar irritación en la piel y malestar estomacal en personas y mascotas.
Requerimos que, indistintamente de la estación seca o lluviosa, haya una revisión constante de la cobertura arbórea del país. La idea es conservar sin riesgos manteniendo el equilibrio del ecosistema y la capacidad de los bosques para capturar carbono. La participación ciudadana es vital.
Más allá de disfrutar de nuestras áreas verdes sobresale la necesidad de garantizar la seguridad a la población, dado que, en periodos de intensas lluvias y fuertes vientos, la caída de árboles es cada vez más frecuente y se torna peligrosa.
La labor de los municipios mancomunadamente con instituciones como el Ministerio de Ambiente demanda proactividad constante, donde la gestión para remover o canalizar cortes y podas, sea eficaz y permita climas de tranquilidad.
Por supuesto que la intención primera es de conservación mas requerimos de educación o al menos orientación ambiental para evitar siembras de árboles, en lugares no aptos, por las condiciones de crecimiento y armonía con el entorno. En barriadas esta situación es evidente.
Para muestra un botón. La siembra de los conocidos ficus, de colores vivos, en áreas inadecuadas puede tener impacto negativo, debido a su sistema de raíces invasivas y poderosas, que ocasionan daños a infraestructuras como tuberías, cimientos y banquetas, generando altos costos de reparación y afectando la seguridad peatonal.
Igualmente, especialistas advierten que su savia es ligeramente tóxica y puede causar irritación en la piel y malestar estomacal en personas y mascotas.
Requerimos que, indistintamente de la estación seca o lluviosa, haya una revisión constante de la cobertura arbórea del país. La idea es conservar sin riesgos manteniendo el equilibrio del ecosistema y la capacidad de los bosques para capturar carbono. La participación ciudadana es vital.