• jueves 12 de mayo de 2022 - 12:00 AM

Academia 96

Ese miércoles de hace hoy 96 años fue fundada la Academia Panameña de la Lengua

Fue un miércoles de 1926. El 12 mayo. Fueron 18 socios. Muchas celebridades. Una estrella fulgurante: Belisario Porras, quien había sido tres veces jefe de Estado, en buena lid, bajo tres sistemas diferentes, salvo mejor información. Ese miércoles de hace hoy 96 años fue fundada la Academia Panameña de la Lengua.

Es una de las organizaciones más antiguas de la república, con el Instituto Nacional (1907) y la Sociedad Bolivariana (1929).

Nonagenaria entidad, está a cargo de un grupo de intelectuales de primer orden, hoy dirigidos por el abogado Aristides Royo, presidente de la República (1978-81).

Un hombre extraordinario, Pedro Fabo, navarro como Santos Jorge, autor musical del himno patrio, el 30 de diciembre de 1925 convocó –en la sala de espera del entonces Meduca –Secretarîa de Instrucción Pùblica- a los patriarcas de las letras para que crearan una organización similar a aquella instituida dos siglos antes: la Real Academia Española.

Fabo había sido misionero en España y Colombia, en cuya capital fue ordenado sacerdote católico. Era dinámico y multifacético y con experiencia cultural en la vecina república por 5 lustros, durante los cuales escribió sobre idiomas y

Etnografías de la región oriental.

Padre Fabo había establecido nexos con la Real Academia Española, de Madrid, por su abundante investigación en Colombia. Era la persona exacta en una etapa de construcción de las bases de la república y en medio de crisis, como la del Movimiento Inquilinario.

Para atender al objetivo de limpiar, fijar y dar esplendor al idioma español, los patriarcas se comprometieron a fomentar la difusión y el estudio de las publicaciones y libros panameños; un aprendizaje inspirado en la historia nacional, completar una lista de los arcaísmos, así como una de panameñismos para incorporarlos en la próxima edición del diccionario general.

Durante estos 96 años, en cada periodo, personalidades han estado en su lucha por ser faro del buen empleo del idioma, y se han empeñado en que sea baluarte de la patria, no en su menoscabo, y que pueda conjugarse la expresión a la panameña con la legítima y beneficiosa unidad de la lengua, una de las más habladas: 400 millones la tienen como lengua materna y más de 150 millones como segunda o tercera lengua. En esa situación, solo el mandarín vence. ¿Quién quiere competir por esa primacía?