• jueves 24 de marzo de 2016 - 12:00 AM

Abre tu corazón

MI-SIÓN: ‘El Palo Enceba'o' -aquel tronco pelado, clavado en medio de una plaza festiva, de unos 5 metros de alto, embadurnado de grasa

MI-SIÓN: ‘El Palo Enceba'o' -aquel tronco pelado, clavado en medio de una plaza festiva, de unos 5 metros de alto, embadurnado de grasa, con un premio en su cúspide y gente esforzándose por alcanzarlo-, fue la imagen que se me vino a la mente cuando supe que el tronco del ‘árbol de SICOMORO' pierde la corteza, hasta quedar sumamente resbaladizo y difícil de trepar. Es decir, se requiere de esfuerzo, voluntad, decisión, y arrojo para subir el ‘árbol de SICOMORO'. ¡Y Zaqueo lo hizo! Zaqueo era visto por su gente como traidor, mentiroso, ladrón, rico, explotador, menospreciado, pequeño, aprovechado, tramposo, discriminado, poco digno. Ahora bien, cómo se vería Zaqueo a sí mismo o qué necesidad tendría que ‘rápidamente se adelantó y, para ver a Jesús, subió a un árbol SÍCOMORO, pues el Maestro iba a pasar por allí'. ¡Él ‘subiría el tronco resbaladizo del SÍCOMORO', aquel ‘Palo Enceba'o', pero aprovecharía para ver a Jesús! Ahora, Jesús ya ‘venció al mundo', enfermedades, necesidades, dolores, ‘está contigo hasta el final de los tiempos' y quiere que ‘deposites en Él toda angustia y pasa por aquí': ¿qué esfuerzo haces para verlo y aprovecharlo? No tienes que subir ‘El Palo Enceba'o', o al ‘árbol SÍCOMORO' como Zaqueo: sólo ábrele tu corazón y el premio será que dejes de sobrevivir… ¡para empezar a vivir!

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