Un hogar para 180 mil lobos marinos
- sábado 05 de abril de 2014 - 12:09 AM
ESPECIE
Durante años los mataban por su valiosa piel, grasa y genitales. Dos décadas después de que se suspendieran las faenas, los lobos marinos de Uruguay gozan de buena salud y el Estado que antes los explotaba ahora busca protegerlos y potenciar su atractivo turístico.
Unos 180 mil lobos finos viven en la Isla de Lobos en el océano Atlántico, a 11 kilómetros del exclusivo balneario Punta del Este. La mayor concentración de Arctocephalus australis de Sudamérica convive con sus parientes más grandes, los leones marinos (Otaria Flavescens), que suman unos 4.000 ejemplares.
Son los dueños de la isla de 400 km2, donde la única presencia humana permanente son los dos fareros del lugar y un funcionario de la Dirección Nacional de Recursos Acuáticos (Dinara). Todos rotan cada 15 días. "A veces el león marino se pelea con el lobo fino y ahí hacen un ruido bárbaro", cuenta Diego Olivera, recién llegado al lugar por la Dinara.
Además de mantener las instalaciones debe controlar que no haya desembarcos desde las lanchas de turistas, que tienen prohibido llegar a menos de 100 metros de la isla.
Protegidos desde 1998, los lobos finos crecen en torno al 2% anual, una "tasa saludable", según Alberto Ponce de León, jefe del Departamento de mamíferos marinos de la Dinara.
En cambio, los leones marinos bajan aproximadamente 4% al año.
Esto puede deberse a que estén perdiendo espacio en la isla, pero también a que haya menos alimento en la zona, que los obliga a ir a áreas de alimentación más alejadas, explicó.
Además, los leones marinos tienen como enemigos a los pescadores artesanales, ya que capturan las mismas presas y a menudo rompen sus redes. "Hay una cierta disputa con los pescadores, que muchas veces pueden darles un golpe, provocar algún ruido para alejarlos o hasta hacer uso de un arma de fuego", indicó.
"Está prohibido, pero obviamente este tipo de actos ocurre".