El gigante acosado por los olvidos
- viernes 18 de abril de 2014 - 12:00 AM
Cuando el periodista puso el punto final a la nota original en esta página -que hablaba del misterio en torno a la situación médica de Gabriel García Márquez- sonaron las alarmas en el tuiter: Murió Gabo.
Para un editor en hora de cierre, la ansiedad iba más allá de la estupefacción por el fallecimiento de un gigante: ¡Había que hacerlo todo de nuevo!
El autor de Cien Años de Soledad habría escrito: ‘Sentí como un escopetazo en la cara, cuando leí el flash informativo’.
Murió Gabo. Es una noticia que hace parar rotativas, y pone a correr a todas las redacciones de habla española.
Ahí donde antes había pequeñas notas especulativas, llenas de vacíos y más preguntas que respuestas, empezaron a bajar ríos de reportajes, semblanzas, entrevistas y piezas retrospectivas sobre el más grande escritor nacido en el subcontinente.
Sigilo
Su esposa Mercedes y sus hijos Rodrigo y Gonzalo intentaron ponerle silenciador a la situación durante semanas.
¿Cáncer? ¿Neumonía? ¿La enfermedad del olvido? ¿La edad? ¿Que mató a Gabó?
Sus parientes explicaron sin explicar nada cuando dijeron que su condición es ‘estable’, pero ‘muy frágil’, y que ‘existen riesgos de complicaciones’ .
Su médico personal, a la hora de decirle al mundo cuál era el problema, se ocultó como abogado detrás de una cortina de palabrejas: " Se encuentra en un estado delicado, propio de su edad, de los problemas que ha sufrido últimamente y de sus patologías de base ".
Mientras todos estábamos sentados al borde de la silla, esperando la verdad, algunos imaginaron que a Gabo terminaron teniéndolo como a José Arcadio Buendía, un personaje vertebral de Cien Años de Soledad , a quien después de ciertos desvaríos que tuvo, lo amarraron a un castaño y finalmente murió amnésico en Macondo.