- lunes 19 de mayo de 2014 - 12:00 AM
Comer cada día es más difícil debido al alto costo de los productos que componen la canasta básica familiar, entre ellos las legumbres.
Esto llevó a que un grupo de personas en la provincia de Chiriquí emprendiera el negocio de las famosas bolsas conocidas como puercas a precios asequibles para el consumidor.
La venta de estas bolsas se ha convertido en una opción de compra para muchos consumidores, pues llegan a diferentes provincias hasta la ciudad de Panamá de manera exitosa y como una alternativa para adquirir los alimentos.
Están compuestas por diferentes productos como: papa, lechuga, repollo, cebolla, apio, zanahoria, remolacha, ají y pimentón. Tienen dos precios, la más pequeña tiene un costo de 5 dólares y la grande se vende a los consumidores en 10 dólares.
Vendedores
Carlos Caballero, vendedor de las puercas desde hace año y medio, manifestó que compra los productos en Tierras Altas, luego se dirige a su punto de venta, después de la garita de Las Lomas, en David, ya que considera que este es un punto de comercialización estratégico que le deja buenas ganancias, porque al día vende 30 bolsas y en los días de quincena ha podido vender hasta 100 bolsas, lo que lo incentiva a continuar con la actividad.
Caballero agregó que tiene clientes en la provincia de Bocas del Toro, Santiago, provincias centrales y en la ciudad de Panamá que lo llaman para que les envíe el paquete o si no los vienen a retirar a Chiriquí.
Indicó que la inversión que hace en la mercancía varía según las ventas, en algunas ocasiones invierte entre 350 dólares hasta 500 dólares, lo que le representa una ganancia entre 200 dólares a 250 dólares.
Deisi González, quien es ayudante de venta del señor Caballero, indicó que antes vendía en el distrito de Bugaba, pero como hay otros vendedores haciendo lo mismo era más lenta la venta. ‘Ahora en esta área nos va bien, pagamos solo 10 dólares al mes al Municipio’, dijo.
Consumidores
Liza Campo, oriunda de Darién, se acercó a este puesto de venta antes de emprender su viaje, para llevarse sus legumbres. Explicó al El Siglo que en su lugar de origen no las venden, por eso las compra cuando va a Chiriquí, pues los productos son más asequibles y variados, frescos y listos para consumir. Además, por los bajos precios de las bolsas, logrando ahorrar lo que gastaría comprando en otro lugar.
