El fútbol no le da para vivir

Fernando Mena trabaja en Cable Onda para mantener a su familia. Lo que le paga Alianza no le alcanza
  • miércoles 09 de abril de 2014 - 12:00 AM

SACRIFICIO

El fútbol panameño es ingrato, injusto y sacrificado. Muchos jugadores tienen que combinar los entrenamientos con más de ocho horas de trabajo diario.

Fernando Mena es uno de ellos. El lateral del Alianza FC arriesga su vida todos los días en el día, subiendo una escalera o atado a un poste de luz, para suministrar de televisión de paga (cable) a cientos de panameños.

Mientras que de noche debe ir corriendo al ‘Cascarita’ Tapia para practicar con los ‘pericos’ y preparar sus partidos de la Liga Panameña de Fútbol (LPF).

Fernando Mena, también seleccionado de futsal en Panamá, sale desde temprano de su hogar ubicado en el sector de El Martillo, en Paraíso, San Miguelito, dejando a su esposa e hija para iniciar su faena que termina a altas horas de la noche.

Esta es la vida de un futbolista panameño que juega en la LPF, no está muy alejado de lo que se vivía años atrás en la antigua Anaprof.

Lugar de trabajo

Mena trabaja en la empresa Cable Onda, está encargado de instalar el servicio de cable a los clientes de la compañía en el distrito de San Miguelito.

Este medio estuvo de cerca en su trabajo fuera de las canchas, como el de un humilde panameño que sale a buscar el sustento diario para su familia.

‘Sin ver a mi esposa y sin ver a mi hija (Yoselín), es un poco triste; pero lo hago por ellas, sé que este sacrificio tendrá su fruto’, dijo Mena en plena faena.

En las canchas de fútbol su herramienta de trabajo es un balón; mientras que fuera, una escalera, una caja de herramientas y cables de fibra óptica son los que lo acompañan.

Por su familia

El exmundialista con la selección de futsal en el Mundial de Tailandia 2012 se ve en esta necesidad ya que los clubes de la LPF no le pagan un seguro, con en el que su familia pueda estar beneficiada.

‘La vida del panameño no solamente puede ser fútbol, porque no pagan el seguro, que es lo más importante. Tenemos familiares, como mi hija, que se beneficia de eso’, destacó.

El dinero no es algo que le importa a la hora de ponerse unos tacos y un uniforme de fútbol, ya que eso lo haría gratis, porque es lo que le gusta.

Mena busca el bienestar de su familia, que en algún momento pudiera utilizar el seguro social, si hay alguna urgencia.

‘Si nos pusiéramos a ver lo que cobramos no jugaría fútbol, el que quiere jugar fútbol no ve el dinero. Es lo que nos gusta’, afirmó.

El veloz jugador no quiso revelar su salario en Alianza por respeto a los directivos y compañeros.

Agarró el buen camino

El jugador de tan solo 23 años ve como un gran ejemplo a sus padres, pues para crecer en un barrio difícil como lo es San Pancracio, en Paraíso, tuvieron que ponerle mano dura y chequear sus amistades.

Muchos de esos llamados amigos, en varias ocasiones quisieron inducirlo en el mundo de la delincuencia, a los que pudo decirles no.

‘En todos los barrios hay dificultades, vicios, se ven muchas armas, personas que tratan de inducir a ese mundo; pero gracias a mis padres, que me enseñaron a ir por el buen camino’, aseveró.

Opinión de los expertos

Para el comunicador social Juan Carlos Delgado, conductor del programa radial ‘De Fútbol Radio’, esta es una muestra más de que el fútbol en Panamá está lejos de ser profesional.

‘Podría ser uno de los motivos del porqué la gente no va a los estadios; la gente no sigue a ídolos hambrientos y mal pagados’, comentó tajantemente.

Por otro lado, para el también comunicador Gabriel Castillo, el profesionalismo tiene que ir en parte y parte, no solamente cobrar bien, sino rendir.

‘Aquí ‘Manolo’ Mirambel rompió el marcador, le pagó a un delantero 3 mil 500 dólares y esa temporada no llegó a dos goles’, realzó.

Mena está a préstamo con el conjunto verdolaga, su pase pertenece al Plaza Amador y espera un acuerdo, ya que se le haría muy difícil asistir a los entrenos del ‘equipo del pueblo’.