La debilidad de los cracks
- sábado 01 de marzo de 2014 - 12:00 AM
Si el fútbol es la principal pasión del pueblo brasileño, entonces el Carnaval es la segunda.
En el año de la Copa del Mundo se respira fútbol más que nunca en el país más grande de Suramérica, sin embargo también hay tiempo de carnavalear.
Uno de los primeros grandes futbolistas brasileños en no ocultar su pasión carnavalesca fue Garrincha, claro está. Mané, para muchos el jugador más querido de la historia del fútbol de Brasil, siempre se mostró alegre y estuvo presente en varias ediciones del Carnaval de Río.
Quizás el futbolistas más asociado al mundo del Carnaval es Junior. El lateral derecho en España 1982 siempre estuvo cerca de la escola Mangueira.
Edmundo, un talentoso y polémico, abandonó la Fiorentina para estar en la pasarela.
Ronaldinho nació en Porto Alegre, donde el Carnaval no tiene mucha trascendencia. Sin embargo, Dinho es un fanático de las fiestas momescas.
Cada vez que su carrera europea se lo permitía, viajaba a Río de Janeiro para disfrutar de las escolas do sambas.
El otro gran ídolo moderno de la torcida brasileña, Ronaldo Nazario, tampoco ha tenido reparos en demostrar su pasión por el baile. En 2010, mientras jugaba en Corinthians, desfiló en el Carnaval de Sao Paulo con la escola do samba Gavioes da Fiel, representativa del Timao.
La última gran aparición de la Canarinha no es ajena a los encantos del rey Momo. Neymar se dejó ver el año pasado en el Carnaval de Salvador.
Pero no todos los fiesteros son brasileños. El mejor de la historia, el argentino Diego Armando Maradona, estuvo presente en varias ocasiones del Carnaval de Río de Janeiro.