Una madre con la hípica en su sangre
- jueves 08 de diciembre de 2016 - 12:00 AM
ABNEGADA
No es sencillo para una dama compartir el tiempo con la labor de administrar un establo de purasangres y la crianza de sus hijos.
Ese es el caso de Nitzia Henríquez, quien desde los 8 años ha estado ligada a la hípica panameña.
Aunque ya tres de sus cuatro hijos son mayores de edad, Nitzia ha tenido que lidiar con la dura batalla de sacarlos adelante, siempre con el respaldo de su madre.
Nitzia asegura que el trabajo en una cuadra no es sencillo porque hay imprevistos que deben atenderse, no importa la hora en que sucedan.
‘En este momento, me toca darle todo ese apoyo a mi hija más chica, Geraldine, quien ti ene 16 años y está en la escuela secundaria, pero siempre estoy pendiente de los otros tres. A pesar de que son mayores de edad, hay que seguir apoyándoles porque es el deber de una madre', afirma.
Inicios en la hípica
Desde muy niña acudía al Hipódromo Presidente Remón acompañando a su padre, el desaparecido entrenador Moisés Henríquez. Aunque al principio no era precisamente lo que ella esperaba.
‘Yo le tenía pánico y terror a los caballos, pero cuando mi padre enfermó, todas las mañanas lo acompañaba para que viniera y despejara su mente, era como una terapia, entonces tomé la decisión de mejor dejarlo que descansara y venir en su lugar. Al morir mi papá, mi hermano Mitzael me dio la oportunidad de trabajar con él, pagando la planilla de los empleados en el establo', confesó.
La joven descubrió entonces porque que la hípica era todo lo que su padre amaba, el modo de vivir y de educarle. Así que decidió continuar dentro de esta exigente industria hípica.
‘Desde las cuatro de la maña na, estoy aquí asistiendo a mi hermano hasta las 11 de la mañana, luego hacemos un alto, pero nuevamente a las dos de la tarde volvemos a la faena, a veces, hasta pasadas las seis de la tarde", explicó la dama.
Propietaria de caballos
Nitzia también es propietaria de ejemplares. La yegua ‘Queen Becky' es de su propiedad, y además tiene partes en equinos como ‘Bocas King', ‘Lady Milka', ‘Salsita', y recientemente en una potranca, sobre la cual tiene muchas esperanzas.
Y como en toda labor, hay momentos de gran alegría y otros donde la suerte es adversa.
‘Mi mayor alegría fue que le teníamos mucha fe a ‘West Hope' cuando se ganó el clá+sico dedicado a Rolando Nix en 2012, a pocos meses de morir mi padre, y le pedimos al jinete Luis E. Arango que si ganaba nos regalara el ramo de flores para ponérsela a la tumba de nuestro padre", contó la joven.
‘Mi peor momento fue cuando murió el ejemplar ‘Rico Pobre', que yo lo llamaba ‘Bolita', era de propiedad del coronel Marcos Justines. Lo lloré como si fuera un hijo, el caballo me detectaba desde que llegaba en el carro con mis familiares por el perfume, y el coronel me decía que el ejemplar me quería', destacó.
Cinco años de asistente
Henríquez tiene cerca de cinco años de ser la asistente de su hermano Mitzael, en colaboración con su tío Marvin, que jugó todas las posiciones en el hipódromo, jinete, palafrenero, pony boy , galapador y amansador; además trabajó en Canadá.
La presencia de sus cuatro hijos llena de la alegría más grande su vida, y junto con su actual pareja, el fusta Edwin Fernández, sigue adelante .
‘Mi hija Jennifer está casada y tiene dos niños con el látigo darienita Ángel Sáez Arroyo, primo de los hermanos Luis Sáez, Sebastián y el finado Juan, quienes aprendieron en su momento en nuestros establos", precisó.
Henríquez ejemplifica el trabajo de la mujer en el hipismo y reivindica con su querer de madre todo lo que su familia le ha dado y ella, en cambio, le ha devuelto con amor y mucho trabajo.
¡Feliz Día de la Madre!