- miércoles 07 de diciembre de 2016 - 12:00 AM
ALERTAS
Al ser aisladas y maltratadas en etapas iniciales de la relación, que es un período en el que se deposita mucha ilusión, las personas pueden tender a intentar controlar la situación cediendo y adaptándose a las exigencias del agresor.
Estas defensas no son efectivas y poco a poco se entra en el ‘ciclo de la violencia'.
Es importante tener claro que el objetivo principal ante un caso de violencia de género es conseguir que la mujer recupere la independencia y pueda continuar su vida con total autonomía.
Para ello brindaremos seguridad, protección y ayuda, siempre en un clima de respeto y confianza.
Lo primero que debemos saber antes de actuar es cuándo estamos frente a un caso de violencia.
Las primeras manifestaciones se establecen de forma progresiva y se va agravando conforme pasa el tiempo. Estas se ubican en cuatro peldaños.
Agresiones psicológicas, verbales, físicas y muerte violenta.
Si estamos frente a un ser querido que está pasando por una etapa delicada como esta, es normal querer ayudarla, pero hay que saber hacerlo puesto que lo más probables es que no quiera salir del ciclo.
Por ejemplo, si somos padres, no hay cosa que odiemos más que saber que otra persona agrede a ese ser que con tanto amor traímos a este mundo. Si nuestra respuesta es muy agresiva lograremos que nuestro hijo decida no contarnos más nada si vuelve a pasar.
Razones del silencio
Lo que, por lo general, motiva a la víctima a contar que vive entre la violencia puede ser que siente que tiene la situación bajo control.
También hay posibilidad de que tema el inicio de un proceso judicial y hasta considera que no es muy grave lo que le pasa.
Cómo actuar
Ante esta realidad, lo mejor sería buscar la ayuda profesional, puesto que casi siempre el agresor busca desmoralizar a la víctima. Un primer paso sería el llenarla de valor y conciencia para que ella misma acepte que no merece ser tratada como si su existencia fuera insignificante.