La amiga secreta
- sábado 10 de diciembre de 2016 - 12:00 AM
Emilio llevaba dos semanas llegando a diario con checheritos y golosinas que le mandaba la amiga secreta. Janeth miraba las cositas con cara de pocos amigos y soltaba una retahíla ‘maldito juego del amigo secreto que no sé cuándo coño lo van a prohibir en todas las empresas, ahora hasta los funcionarios juegan esa vaina'. Los únicos felices con el jueguito eran los hijos, ellos disfrutaban las golosinas ante los carajazos de la madre que no soportó la duda y le preguntó a Emilio si tenía idea de quién era su amiga secreta. ‘Como si me preguntaras cómo es Marte', contestó Emilio, y Janeth gritó ‘bien que sabes quién es, no te hagas el bobo que no te luce'.
Esa noche no se lo dio ni la otra ni la siguiente, pero Emilio seguía trayendo los regalitos de la amiga secreta, provocándole iracundia a su mujer, quien no lo soportó y se fue para la casa de la comadre a buscar el consuelo que no halló, porque aquella solo le dijo:
‘De esos juegos siempre salen parejas, no me alcanzarían las estrellas del cielo para contar cuántas y cuántos quedan enamorados después de ese maldito juego, esa vaina es un parapeto, comadre, la que lo organiza y que es la única que sabe quién le regala a quién, esa es la ‘Celestina' moderna, esa sabe todo, pele el ojo, comadre, algo se trae mi compadre Emilio con la amiguita secreta'. Janeth regresó a su hogar con el rostro sombrío y el alma inundada de presagios. La comadre, en lugar de aliviarle el corazón, se lo llenó de presentimientos en torno a que estaba perdiendo a su marido. No durmió en toda la noche, pero al alba se alegró porque ese día se acababa el juego.
La alegría se trocó en sentimientos confusos, porque Emilio llegó con un regalo grande que él abrió delante de todos. Apenas lo vio, Janeth no tuvo dudas, esa mujer tenía algo con su marido. ‘Ninguna mujer es loca para regalarse una camisa cara a un hombre si no tiene nada con él', gritó Janeth y le arrebató al marido la caja con la camisa ‘fina'. Leyó la tarjetita y supo que la amiga secreta se llamaba Selene. Esa noche también se desveló por completo. Pasó las horas despierta y sentada en el sofá con la caja del regalo en el regazo para custodiarlo de un posible asalto de Emilio.