Una noche con un reggaetonero

Hace más o menos siete años fui a un concierto de reggaeton, a ver a uno de mis artistas favoritos
  • lunes 02 de mayo de 2022 - 12:00 AM

Hace más o menos siete años fui a un concierto de reggaeton, a ver a uno de mis artistas favoritos.

Él cantaba, más bien, canta como los ángeles. Su voz aguda y melodiosa al cantar lo hacían resaltar en su género.

Yo sabía que él venía a Panamá muy seguido a grabar sus temas con un destacado productor, así que desde siempre le seguía sus pasos. Era como una presa que estaba a punto de ser cazada. Y así lo fue.

En su show, me puse como meta estar adelante, así que tuve que gastar unos buenos ‘panchos'. Fui vestida de infarto. Recién me había recuperado de mi última cirugía de senos. Así que mis bubis estaban durísimas.

Me puse un escote, un pantalón apretadito, ajustando mis atributos.

Nuestras miradas se chocaron inmediatamente y completé mi misión. Él entendió lo que estaba sucediendo; dos canciones antes de terminar el show, uno de sus hombres me invitó a pasar al camerino. Allí habían varias azafatas con él, cuando terminó su show, nos invitó a un hotel a beber y pasarla bien. Yo acepté.

No me dejé intimidar de esas cazafortunas, por que así lo sentía en ese momento, eran mi competencia, pero tenía que demostrar qué cuero salían más correas.

El artistazo salió de su habitación, en bata. Y en el penthouse empezó a la vaina.

Desnudó a todas las modelitos y a esta fiera inquieta.

Comenzó a toquetearnos y a besarnos. Se veía realmente sorprendido al ver nuestros senos y se enfocó en darle cariño únicamente a ellos.

Dos horas en esa situación fueron más que suficientes para yo decir, ‘basta, ¿cuando empieza el traqueteo?'.

Las pelaítas, por acabar de salir del caparazón tenían el mismo sentir. Se querían echar al cantante para meterlo en sus listas de comedero, pero qué va.

Al chico de la vocesita dulce y tierna no se le paró ni aunque le bailamos el ‘culiquitaca' encima.

Ahí me dí cuenta que los chicos de barrio son lo mejor, van pa' encima de una sola vez y no andan con cuento; cuidado y preñan, porque esa leche es la más fértil.