- miércoles 23 de abril de 2014 - 12:00 AM
Una de las formas más sencillas de romper con la monotonía es variar nuestras posturas sexuales.
Cada una brinda diferentes sensaciones que a su vez despiertan la curiosidad y nos permite hacer uso de la creatividad y la imaginación al momento de amar a nuestra pareja, acelerando el ritmo sexual. Algunas de ellas son:
- La encaramada: conocida como misionero invertido, la mujer va sobre el varón y los movimientos de la mujer, van hacia adelante y hacia atrás, dejándose penetrar como lo haría el hombre estando él arriba de ella.
- El molino: el hombre debe estar completamente recostado sobre la cama o el suelo mientras la mujer se monta sobre él. Ella puede inclinarse hacia atrás para disminuir el peso sobre su compañero y también puede estirar al máximo sus brazos, lo que permite el roce del punto G con el pene.