Como si fuera la primera vez
- miércoles 13 de abril de 2022 - 12:00 AM
Mi amigo Juan Carlos estaba enamorado perdidamente de Gladys, ella fue el amor de su vida, pero tenían más de 10 años de haber terminado la relación.
¿Pueden creer que desde aquel momento no pudo pensar ni estar con otra mujer? Ella lo dejó porque era platera.
Se metió a una universidad privada para conseguir a un hombre que resolviera todas sus limitantes económicas, y lo halló en Felipe.
Juan Carlos lloró por dos años y estuvo pasando el luto otros ocho más, me dijo que el amor iba casado con el sexo que ella le brindaba y una sola última vez juntos lo libraría de esa mala suerte en el amor que se había comprado solito.
Yo le dije, estas hablando con La Rosa, la única y máxima experta sexual en Panamá. Tengo el plan perfecto para que vuelvas a estar con Gladys, pero después de que te acuestes con ella, no quiero que me la vuelvas a mencionar.
Le dije que tenía que invertir en ropa y en calzado para un cambio de look y él pidió un préstamo que se lo permitió. Le tomé un par de fotos y con el producto listo, enviamos un solicitud de amistad a la susodicha, mediante redes sociales.
Gladys respóndió de una vez, como era de esperarse, le hice a Juan Carlos decir que era un inversionista de bitcoin y que le estaba yendo muy bien.
Ella solita se ofreció a encontrarse con él para hablar de todo lo que les había pasado después de dejarlo todo.
Le dije a Juan Carlos, tienes la mecha corta (obvio, ya él y yo habíamos estado juntos), así que tira los bombazos hacia los lados para que por lo menos diga que quedó lastimada.
No sé que pasó, pero ella quedó encantada. No paraba de llamarlo y citarlo. Hasta que un día él se desencantó cuando comenzó a pedir para la leche de su bebé y para las tarjetas de teléfonos. Se dio cuenta que era visto como un cajero y no como un hombre dispuesto a amar y a darlo todo en la cama.
Lo que Juan Carlos consiguió fue decepción, pero salió ganando porque hasta polvo de despedida se llevó.