Supuesta confusión acabó con el ‘Chichero de San Miguelito'

Alejandro tenía 23 años en la iglesia y nunca fue problemático
  • jueves 05 de enero de 2017 - 12:00 AM

LUTO

‘Si hay chicha de piña para la niña ; de limón con raspadura para la cintura'. Seguramente usted recordará alguna de estas famosas frases, sobre todo si transitaba por la Gran Estación de San Miguelito.

Si fue así, sepa que el autor de estas ocurrencias era el señor Alejandro Peña, un reconocido chichero de 57 años, a quien el pasado viernes 30 de diciembre lo mataron mientras trabajaba en el sector de El Martillo.

La familia del apodado ‘Chichero de San Miguelito' habló a El Siglo, asegurando que Alejandro era una excelente persona y reveló que su muerte pudo haber sido una supuesta confusión.

Lo que han averiguado

Conforme han pasado los días, la familia no se estuvo tranquila y por sus propios medios quisieron averiguar más, sobre lo que pasó realmente esa noche.

Algunos residentes del área les comentaron que las personas que mataron a Alejandro estuvieron todo ese día por El Martillo, paseándose y supuestamente buscando a un residente del sector.

Desgraciadamente, la persona que buscaban tenía cierto parecido físico con Alejandro, lo que él no sabía ni podía evitar.

A eso de las 10:00 de la noche, Alejandro ingresó al sector antes mencionado para dejar una carrera. Era una señora que acababa de hacer supermercado y se dirigía a su residencia.

Alejandro fue servicial y mucho antes de que le pagaran se bajó de su auto y ayudó a su pasajera a bajar los paquetes del carro.

Así la dama quedó satisfecha y le pagó a Alejandro, quien volvió a subirse a su auto para retirarse. El hombre no había terminado de acomodarse en el asiento, cuando repentinamente le cayeron seis detonaciones.

Lo añadido por lugareños a la familia fue que supuestamente se equivocaron, pues a Alejandro le dispararon por los costados y parte trasera del vehículo, sin siquiera imutarse a ver si era o no el que buscaban.

Cabe resaltar que los asesinos no hicieron ningún intento por llevarse el vehículo, ni mucho menos las pertenencias o dinero que tenía la víctima adentro.

Predicador de la palabra

Además de chichero y taxista, Alejandro era muy reconocido por ser predicador de la palabra. Y es que, hace 23 años, el hombre decidió seguir los caminos de Dios, hasta el punto de bautizarse en la Iglesia Movimiento Misionero Mundial.

En las calles, buses y su propio taxi, Alejandro hablaba del amor de Dios a la gente y de su necesidad para alcanzar la paz.

Camilo Carrasquilla, amigo de Alejandro, explicó que era un buen hombre, muy alegre y dado a compartir de lo que tuviera con los demás.

Carrasquilla explicó que el mismo taxi en el que asesinaron a Alejandro, fue un regalo que le habían hecho sus tres hijos hace unos meses, para que dejara de vender chichas y pudiera descansar.

Por este caso no hay ninguna persona detenida. La familia espera justicia y que den con los responsables de este hecho.