Panamá: cuna de homicidios.

Nuestro país se ha transformado de centro de tránsito a centro de tráfico ilícito para la venta, distribución y consumo de narcóticos.

Las organizaciones criminales convirtieron a los delincuentes comunes en matones a sueldo, es decir, sicarios de los capos.

Se sorprende a la víctima a cualquiera hora y en cualquier lugar con disparos certeros desde autos rápidos o motos conducidas por ejecutores entrenados para matar y evadir tranques, para luego desaparecer.

Hemos comprobado que la causa primordial del alarmante incremento de los homicidios no es la violencia doméstica, ni los atropellos ni las riñas callejeras, sino la incapacidad de los estamentos para diseñar estrategias tendientes al control de la criminalidad que nos azota.

Por lo que recomendamos la infiltración a las estructuras delincuenciales, de manera que se pueda capturar a los directores del sicariato y ponerlos a buen recaudo.