Asesinó a su amante embarazada y le prendió fuego

Cadáver de Lilia Ramos fue hallado a orillas de un río en Chepo

La mañana del 5 de septiembre de 2003, Osvaldo Urriola, un residente del corregimiento de El Llano en el distrito de Chepo salió de su casa para hacer un mandado. Unos metros más adelante se topó con una escena que lo dejó en shock y que lo recordaría siempre.

Allí, a orillas del río Terable, estaba tirado el cuerpo calcinado de una mujer e inmediatamente llamó a policía.

Cuando los autoridades llegaron a la escena confirmaron que se trataba de los restos de una mujer. Más tarde se determinaría que los restos mortales eran de Lilia Michelle Ramos, de 21 años de edad.

Osvaldo le contó a las autoridades judiciales que la noche anterior, 4 de septiembre, un auto llegó al sitio donde fue ubicado el cadáver, se estacionó próximo a un árbol y apagaron las luces.

Después, en medio de la oscuridad, logró distinguir la figura de dos personas que se bajaron del carro y luego sacaron algo que parecía una bolsa de basura. Lo arrastraron y luego le prendieron fuego. Minutos después se fueron y todo quedó en silencio.

‘Yo pensé que habían quemado una bolsa de basura y no le presté mayor atención y no fue hasta en la mañana que me encontré con el cadáver', contaría el testigo a la Policía.

Tras el horrendo hallazgo los investigadores iniciaron las pesquisas para esclarecer el caso y luego de atar cabos determinaron que el principal sospechoso era un hombre conocido como Julio Anel Bayo Solís , quien había mantenido relación sentimental con la víctima. El sospechoso fue detenido.

Entonces todo empezó a tomar forma. Los investigadores averiguaron que el móvil que había desatado el macabro crimen había sido que Lilia estaba embarazada de seis meses y dos semanas de Bayo y este no quería que ella tuviera al bebé, pues ya estaba casado con otra mujer y tenía una hija de 3 años.

Además, pensaba que la criatura que esperaba Lilia no era de él, sino de otro hombre.

Incluso había buscado a una persona para que la golpeara hasta hacerla abortar, pero como le cobraban muy caro, unos 600 dólares y él no disponía de esa cantidad de dinero decidió hacer el mismo el trabajo.

Con ese propósito la tarde del 4 de septiembre de 2003, Bayo citó a Lilia en el centro comercial Plaza Conquistador y la hizo subir a su auto.

En ese momento llegó la mujer de Bayo, de nombre Aneth Ortiz, a quien había convencido de que la ayudara a consumir su terrible plan.

Cuando Lilia vio a Aneth se molestó e intentó bajarse, pero Bayo no la dejó, agarró una correa del pantalón, se la colocó en el cuello de Lilia y la ahorcó.

Bayo le pidió a Aneth que arrancara el vehículo y condujera. Posteriormente, llevaron el cadáver hasta el corregimiento de El Llano en Chepo, donde arrastraron el cuerpo y luego le prendieron fuego con gasolina que había comprado en el camino.

La autopsia reveló que el cuerpo de Lilia había sido lacerado, estrangulado y luego quemado.

Durante la audiencia Ortiz le confesó a las autoridades judiciales que desde el 15 de agosto de 2003, Bayo le contó que el padre de Lilia le había pedido que se hiciera responsable del embarazo de su hija y por eso él quería que ella abortara.

Ortiz narró que el día del crimen, al acercarse al vehículo, vio a Lilia forcejeando con Bayo, mientras que este trataba de doblarle el cuello, luego le puso la correa y apretó con fuerza hasta matarla.

Condenados

Por este crimen, el 20 de julio de 2009, la sala segunda de lo penal de la Corte Suprema de Justicia, tras audiencia, sentenció a Julio Anel Bayo Solís a 20 años de prisión por el delito de homicidio doloso perpetrado en contra de Lilia Ramos, mientras que Aneth Rocío Ortiz Cedeño, fue sentenciada a la misma pena y se le imputó cargos por delito en calidad de cómplice. Tras ser modificada la sentencia, Ortiz solo recibió 19 años y seis meses de cárcel.

Humberto Mas Calzadilla, ex director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Imelf) contó que Bayo nunca aceptó su culpabilidad y tampoco mostró algún arrepentimiento por el crimen. ‘Nunca confesó su crimen y no hubo arrepentimiento', dijo Mas.

Lo triste de este crimen es que Bayo jamás cumplió con los 20 años de sentencia, solo pago 13 años de prisión y quedó en libertad el 5 de marzo de 2017.

Además, cuando se le realizaron los exámenes de ADN para comprobar si la criatura que esperaba Lilia era de Bayo, resultó ser positivo.