Panamá ante el desafío de la OCDE: ¿Está preparado?

Miembros de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) advirtieron que la adhesión de Panamá a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) representa una oportunidad histórica, pero también requerirá reformas profundas en materia de transparencia, institucionalidad y gobernanza.

La presidenta de Apede, Giulia De Sanctis, señaló que se trata de “una decisión que exige ser evaluada con objetividad y asumida con responsabilidad colectiva”.

Según De Sanctis, la pregunta de fondo sigue siendo si el país está realmente dispuesto a asumir el reto que este proceso implica.

“Ingresar a la OCDE no es una aspiración diplomática; es una transformación profunda que implica revisar cómo planificamos, cómo gastamos, cómo regulamos y cómo rendimos cuentas”, enfatizó.

Apede recordó que Panamá enfrenta desafíos estructurales significativos, entre ellos una deuda pública superior al 66% del PIB, un entorno institucional débil y una confianza ciudadana en retrocesoNo obstante, el país ha mostrado avances: salió de la Lista Gris del GAFI en 2023, fue excluido de la lista europea de alto riesgo en 2025 y adoptó el Instrumento Multilateral de la OCDE contra la evasión fiscal.

La asociación destacó que estos son pasos relevantes, pero el verdadero desafío radica en sostenerlos en el tiempo y traducirlos en instituciones más sólidas y transparentes.

De Sanctis subrayó que formar parte de la OCDE implica demostrar respeto al Estado de Derecho, independencia institucional y la aplicación de políticas públicas basadas en evidencia.

“La OCDE no es una meta ni una garantía de éxito”, advirtió, al reiterar que se trata de un proceso complejo que podría exponer con mayor claridad las debilidades estructurales del país.“Si el país no fortalece su Estado de Derecho, su sistema de justicia y su institucionalidad fiscal, el proceso de adhesión podría quedarse en un ejercicio formal sin resultados tangibles. La pertenencia a organismos internacionales no sustituye la voluntad política ni la capacidad técnica de hacer reformas sostenibles”, enfatizó.

Finalmente, Apede resaltó que el verdadero desafío para Panamá no está solo en adherirse, sino en transformar las prácticas que obstaculizan un crecimiento equitativo y transparente.