Hacia un sistema de recuperación académica más efectivo

Tratar de recuperar los 80 días de clases perdidas con un grado óptimo de aprendizaje tiene una complejidad técnica y operativa, se debe establecer un plan estratégico sostenido con un enfoque pedagógico y de seguridad humana para mitigar los efectos de las interrupciones continuas. Se tiene que trabajar en un sistema de recuperación de clases inmediatamente que incluya como apoyo; tutorías, programas de refuerzo académico a corto, mediano y largo plazo para mejorar el desempeño académico.

Se debe establecer criterios de evaluación diagnóstica, formativa y sumativa. La diagnóstica sería para establecer el nivel de aprendizaje de los estudiantes para identificar debilidades o brechas que se pueden realizar por grado académico y asignatura. Es fundamental planificar jornadas extendidas como realizar clases extra, podría ser, una hora después de salir diariamente o realizar clases los fines de semana o durante las vacaciones para recuperar contenidos prioritarios y esenciales para los aprendizajes. Sin duda hay que extender el calendario académico y eliminar los días libres innecesarios y aumentar a más de 200 días de clases. Es básico desarrollar apoyo pedagógico diferenciado para los estudiantes que obtengan mayores rezagos, especialmente los que provienen de zonas rurales o vulnerables.

Hay que blindar la educación estableciendo leyes que permita la continuidad escolar, que admita otras opciones como implementar clases virtuales o híbridas para evitar interrupciones, ante futuros conflictos. Establecer políticas integrales de recuperación, financiando programas de recuperación académica y de infraestructura. Es imprescindible la evaluación del impacto, hay que crear un sistema de medición económico-educativa para monitorear las pérdidas generadas por fallas de calendario o por cualquier tipo de interrupciones.

Dentro de la estrategia de recuperación de clases se debe contemplar el fortalecimiento de la planta docente, realizar una capacitación intensiva en estrategias de nivelación y enseñanza acelerada. Se debe contemplar una formación continua en metodologías activas, donde se utilice la Tic, hacer énfasis en la atención psicoemocional de los docentes, implementar programas de educación socioemocional en el aula para los estudiantes, utilizando los conocimientos de la psico neurología del aprendizaje. También hay que recomendar un reconocimiento y motivación al personal docente comprometido con la recuperación educativa.

Un aspecto que ha dado resultados en otros países es la creación de comités escolares de recuperación educativa con participación de comunidad educativa.Promover campañas de sensibilización sobre la importancia de la asistencia regular y el compromiso con la escuela. Involucrar a los gabinetes psicopedagógicos para que los trabajadores sociales y psicólogos escolares jueguen un papel más activo en esta problemática. Promover campañas de sensibilización sobre la importancia de la asistencia regular y el compromiso con la escuela. La comunidad educativa juega un papel de primer orden donde debe fomentar tutorías comunitarias y voluntariado para reforzar aprendizajes.

Unos de los elementos más importantes que debe imperar en esta recuperación es el seguimiento de los indicadores de recuperación como son la asistencia, desempeño, bienestar. Esto permitirá realizar ajustes continuos al plan de recuperación según los resultados observados.

Se recomienda establecer medidas estructurales a futuro donde se puedan establecer mecanismos legales para que las huelgas no afecten la continuidad del calendario escolar, como por ejemplo dictar clases virtuales alternas. Se debe garantizar inversiones sostenidas en educación pública, con enfoque en infraestructura, recursos didácticos y conectividad digital. Esto implica trabajar en mejorar la gestión educativa, aumentando la cantidad de supervisores y el liderazgo directivo en los centros escolares.

Se requiere tener eficientemente un sistema de monitoreo y evaluación permanente, para darle seguimiento a los indicadores de recuperación, como la asistencia, desempeño, bienestar. Esto permitirá realizar ajustes continuos al plan de recuperación, según los resultados que se van observando.

Se tiene que desarrollar una estrategia financiera y educativa clara en el sistema de recuperación, se debe dotar de los fondos que se requieran. Para mejorar la educación en Panamá de forma permanente, se requiere una estrategia nacional centrada en igualdad, calidad, innovación y participación social. Se está hablando que llegó el momento de reformar el modelo educativo, actualizar el currículo con un enfoque fundamentado en el pensamiento complejo, la nueva ciudadanía, habilidades digitales y sostenibilidad y educar para el siglo XXI: fomentando la creatividad, innovación, resolución de problemas, liderazgo y trabajo colaborativo.