Alfonso Fraguela: Un adiós sin despedida

Hay quienes pasamos desapercibidos en una sociedad donde se exige mucho a quienes honestamente nos comportamos y se aplaude a quienes aportan poco y algunas veces vandalizan al Estado. Pareciera trivial, porque no quieren entender el contenido del verso y menos del verbo.

Quienes tuvimos la oportunidad de conocer al amigo, periodista, abogado y hermano, Alfonso Fraguela, tenemos que dejar expuesto que es una gran pérdida, no solamente para su familia, también para el país.

Alfonso Fraguela fue un hombre de gran valía, honestidad, decencia y docencia. Un profesional y amigo en todo el sentido de la palabra. Su trayectoria responsabilidad y cúmulo de valores lo llevaron a ser conocido a nivel nacional.

Fue valiente, con extraordinarios valores éticos y morales. Su responsabilidad y don de gente, lo catapultaron a obtener cargos tanto en el gobierno como en la empresa privada, donde jamás se prestó a manejos inadecuados. Esos son los seres humanos que dejan huellas imborrables y no deben morir jamás.

Recuerdo cuando participamos para el cargo de Defensores del Pueblo, donde obviamente surgió otro nombre por política más que por los atributos que adornaban la trayectoria del amigo Alfonso Fraguela.

Ese gran don de gente que nunca perdió, el gran amigo que siempre estuvo presente, en nuestras llamadas, y que hoy sentimos como amigos, parientes y hermanos su pérdida terrenal. El país entero, o por lo menos aquellos que lo conocieron, debemos sentir por su ausencia, una gran nostalgia.

Levantemos la mirada al cielo. Roguemos al Creador por el eterno descanso del alma de nuestro gran amigo y hermano Alfonso Franguela. Nos queda una gran responsabilidad, intentar hasta la muerte, por un país próspero, donde el pobre deje de ser maltratado, humillado o despreciado. Donde se respete el salario mínimo. Donde no tenga que hacer filas para comprar arroz o mendingar por medicamentos que debe facilitar la Caja de Seguro Social y el Ministerio de Salud. Dios te salve, Panamá.