Líderes políticos estallan por la demolición del Monumento Chino
- 28/12/2025 12:20
Tras el derribo, la Cancillería de Panamá ofreció reubicar el homenaje a la comunidad china
La demolición del monumento en honor a la comunidad chino-panameña, ocurrida la noche del sábado en el área del Puente de las Américas, ha desatado ó una ola de indignación política y diplomática que sigue creciendo.
Figuras del Gobierno, expresidentes y líderes opositores coincidieron en calificar el hecho como bochornoso, irracional e imperdonable.
El ministro para Asuntos del Canal, José Ramón Icaza, fue uno de los primeros en reaccionar y respaldó de forma contundente la postura del presidente José Raúl Mulino.
“Nadie tumba un monumento un sábado a las 9 de la noche —en plena nocturnidad, propio de actos delincuenciales— si no es para cometer un acto aberrante e irracional”, sentenció.
Icaza añadió que “no hay justificación para una salvajada de esta naturaleza” y reiteró que la comunidad chino-panameña “merece todo nuestro aprecio y respeto”.
El expresidente Martín Torrijos calificó el derribo como un acto “bochornoso e indigno”, recordando que la comunidad china ha sido valorada y respetada por generaciones de panameños.
“Demoler este reconocimiento histórico no tiene excusa alguna, menos en el momento que vivimos como país y como mundo. Panamá necesita respeto, convivencia y memoria”, expresó.
Más duro aún fue el expresidente Ernesto Pérez Balladares, quien describió la demolición nocturna como “una aberración de personas enfermas”, al tratarse de un monumento que conmemoraba la vida y el aporte de panameños de ascendencia china.
En la arena política actual, el excandidato presidencial y líder del Movimiento Otro Camino, Ricardo Lombana, afirmó que lo ocurrido “no es solo un derribo, es una herida a nuestra identidad colectiva”.
Lombana cuestionó la forma en que se ejecutó la acción y subrayó que, de existir riesgos estructurales, el camino debía ser “informar, dialogar, reparar y actuar de cara al país”. “Nuestra historia no se reescribe a golpes de pala ni bajo la sombra de la noche”, enfatizó.
Por su parte, el excandidato presidencial y exalcalde capitalino José Isabel Blandón calificó la acción como “lamentable” y cuestionó el momento elegido para ejecutarla. “Hacerlo un sábado en la noche, entre Navidad y Año Nuevo, refleja que saben que lo que están haciendo no está bien. La conciencia traiciona”, afirmó.
A la ola de pronunciamientos se sumó el alcalde del distrito capital, Mayer Mizrachi, quien hizo un llamado a la conciliación y al reconocimiento del aporte histórico de la comunidad chino-panameña. Mizrachi propuso la construcción de un nuevo monumento en la ciudad capital que honre su cultura y su impacto en el desarrollo del país.
“No solo de los últimos 170 años, sino de los próximos 170 años también”, expresó, reconociendo que la iniciativa no reemplaza ni subsana el daño ni el dolor causado, pero reafirma que Panamá se fortalece gracias a su crisol de razas y que la comunidad china es “querida y apreciada como parte de la sociedad panameña”.
La Cancillería se pronuncia
La Cancillería de la República de Panamá también se pronunció oficialmente, expresando su preocupación por el derribo y lamentando que una acción administrativa haya generado “sentimientos de agravio e incomprensión” hacia una comunidad que ha sido parte esencial del desarrollo nacional por más de 170 años.
El Ministerio de Relaciones Exteriores subrayó que el Estado debe actuar con sensibilidad histórica, diálogo y respeto por los símbolos de la memoria colectiva.
Además, manifestó su disposición a acompañar a la comunidad chino-panameña y a las autoridades competentes para identificar un nuevo espacio digno donde pueda honrarse y preservarse su legado.
“La República de Panamá no puede darse el lujo de herir a ninguna de sus comunidades ni enviar señales equivocadas de exclusión cultural”, concluyó el comunicado.