Tierra de todos, hoy de muros y exclusión
- 22/06/2025 00:00
Hoy en pleno 2025, las contradicciones del llamado “sueño americano”, sorprenden al mundo, las imágenes hablan por sí solas, donde el presidente y el gobierno están atrapados en sus propios muros.
Con discursos y acciones antiinmigrantes, han tomado fuerza estas decisiones, ocasionando reacciones enérgicas ante la forma indignante y violatoria de las autoridades hacia miles de familias que continúan siendo separadas: madres de sus niños, adolescentes, estudiantes, hombres y mujeres trabajadores; otros retenidos en centros de detención; a veces durante meses, en condiciones inapropiadas y denunciadas por organismos internacionales de derechos humanos.
Se está criminalizando el ser migrante, no importa cuantos años tienen de estar en el país. Señalan además que penalizarán a quienes transporten o den alojamiento a migrantes.
Escuelas están solitarias por temor a que sean aprendidos estudiantes, por el solo hecho de ser inmigrantes. Estas acciones han generado protestas masivas, en los distintos estados, donde se han realizado redadas y deportaciones exprés; afectando incluso a personas en proceso de regularización o con residencia regularizada. Algunas ciudades santuario han resistido, enfrentando presiones económicas y amenazas federales.
“Seguridad nacional” y “protección de empleos”, es lo que se aduce para estas medidas, sin embargo, la realidad es que, tras la pandemia, la economía estadounidense depende aún más de la mano de obra migrante en: la agricultura, la salud, el transporte, la educación y en sectores de alta tecnología, donde ingenieros y científicos son extranjeros.
Los movimientos de migrantes han cobrado fuerza. Desde Nueva York hasta California, cientos de miles se han organizado; exigiendo regularización, justicia, y respeto. Jóvenes del programa DACA, que es donde se protege temporalmente a jóvenes que llegaron al país siendo niños sin autorización, han liderado campañas de concienciación entre las comunidades afrodescendientes, asiáticas, musulmanas y latinas, creándose puentes de solidaridad, señalando que la lucha no es solo por papeles, sino por dignidad.
Estados Unidos sigue siendo un país de migrantes; y sigue vigente la pregunta: ¿quiénes tienen el derecho a ser llamados estadounidenses?, la respuesta: todos los que, con su trabajo, su historia y su humanidad han construido esta nación. Porque ningún muro puede detener la memoria ni la justicia.