Tiempo de cerrar ciclos

  • 19/12/2025 00:00

Diciembre siempre llega con ese sabor a despedida y bienvenida a la vez. Es un mes en el que el panameño, entre el correcorre de las compras, las fiestas y los antojitos navideños, también se detiene un momento a pensar en lo que ha sido el año. Porque sí, aunque a veces nos cueste aceptarlo, todos necesitamos una pausa para mirar atrás y sacar cuentas: lo bueno, lo malo y lo que quedó pendiente.

Este cierre de año no es solo un cambio de calendario; es una oportunidad para hacer una retrospectiva sincera. Ver en qué avanzamos, qué nos frenó, qué decisiones nos hicieron crecer y cuáles nos dejaron una enseñanza que dolió, pero enseñó. Diciembre nos invita a ese ejercicio de honestidad con uno mismo, que tanto necesitamos, pero que a veces dejamos para después.

Y es que cada año trae su propia turbulencia, sus sorpresas, sus bendiciones y sus golpes. Pero también trae crecimiento, madurez y la oportunidad de reinventarnos. Por eso, más que un cierre, diciembre debería entenderse como un inicio espiritual: un momento para reconectar con nosotros mismos, para escuchar esa voz interior que tantas veces ignoramos por el ruido del día a día.

Mirando hacia el 2026, la invitación es clara, de poner metas y propósitos con intención, no por moda ni por presión social. Metas que salgan del alma, que respondan a lo que realmente queremos ser. Propósitos que tengan que ver con sanar, avanzar, mejorar relaciones, buscar estabilidad, cuidarnos más y, sobre todo, crecer como personas.