¡Somos un país alfabetizado!

  • 13/09/2025 00:00

Según las cifras oficiales, al cierre del año 2024, el 96.3 por ciento de la población panameña sabe leer y escribir. Esa es una conquista de la que debemos estar orgullosos; pero cuando altos personeros del Estado, insisten en mantener el secretismo en sus actuaciones o, lo que es peor, ocultan documentos que firman en nombre del país o se auto asignan la función de exegetas exclusivos, ponen en evidencia su poco o ningún respeto por los gobernados, que son sus mandantes y a quienes tienen la obligación, primero, de informar y, segundo, de justificar los compromisos que han asumido, porque los gobernantes son mandatarios y, en consecuencia, su deber es rendir cuenta de sus actuaciones.

Entre los desplazamientos internacionales del primer mandatario, término que significa “destinatario o sujeto a un mandato”, se cumplieron visitas a la sede del Mercosur, a Europa, Brasil y la reciente a Japón. Los resultados anunciados fueron: 1) que Panamá se asoció al Mercosur; 2) que un “sin número de empresarios europeos están interesados en financiar, entre otros proyectos, las ampliaciones del metro y la construcción del ferrocarril Panamá-Paso Canoas; 3) que se importarán cortes selectos de carne del Paraguay; 4) que se compraron de 4 aviones de combate, por un monto de 80 millones; y 5) que en Japón hay empresas interesadas en financiar y construir el gasoducto transístmico y desarrollar Puerto Armuelles.

También en algún momento se dijo que uno de los objetivos del viaje a Brasil, era gestionar financiamiento para el embalse de Rio Indio, pero no se pasó de allí.

En todos esos viajes se firmaron documentos que involucran compromisos que se traducirán en deudas o que afectan el patrimonio nacional que, es bueno aclararlo, nos pertenece a todos y que el gobierno solo es su administrador, con responsabilidades claramente establecidas en la Constitución y las leyes.

Consecuente con su obligación de rendir cuentas, es que, antes de que los voceros gubernamentales “nos describan las bondades de los compromisos asumidos”, incluyendo, el “generoso” acuerdo con Chiquita, se publiquen sus textos íntegros, para que todos podamos leerlos y después, impuestos de sus contenidos podamos preguntar y recibir respuestas claras y específicas. Eso es lo que corresponde al alto nivel de alfabetización que existe en nuestro país y al respeto que los mandantes merecen de los mandatarios.