!Nueva jerga presupuestaria!

Hace bastantes años, un economista chileno, Alberto Bartra, dijo que en economía aligual que en otras ciencias siempre había dos opciones: explicar las cosas complicadas deforma sencilla o complicar las cosas sencillas con explicaciones complicadas y que él siempreHabía optado por la primera.

Esa referencia viene muy apropiada después de leer la “originalísima” fórmula utilizadapor el flamante ministro encargado de las finanzas públicas para disfrazar lo que en términossencillos y claros no es otra cosa que el déficit fiscal que se viene arrastrando comoconsecuencia de que hasta el pasado 31 de marzo se gastaron 3,335 millones, mientras quesolo ingresaron 1,995.

Esa diferencia de 835 millones, a la que en todas partes del mundo se la llama por loque es: un déficit fiscal, el susodicho la denomina “Ahorro corriente negativo”. Pero, además, en vez de explicar, por lo menos, cómo se solventará esa diferencia quepara el cierre del segundo trimestre será aún mayor, no dijo nada más, aparte de mencionarque aún está pendiente el aporte que, por la suma de 966 millones, hay que hacer al Fondo dePensiones, ordenado por la nueva Ley 462.

La Constitución es absolutamente clara y en su artículo 275 dice, textualmente: “Cuando en cualquier época del año, el Órgano Ejecutivo considere fundadamente queel total de los ingresos disponibles es inferior al total de los gastos autorizados en el Presupuesto General del Estado, adoptará un plan de ajuste del gasto, que será aprobadosegún lo establezca la Ley.”

En atención a lo ordenado por esa norma, lo que debiera estar explicando el ministro demarras es ese “Plan de Ajuste” o de cómo se aumentarán las recaudaciones que, como bien se recordará, ese mismo señor dijo cuando estrenaba el cargo, que debían ser mucho mayores porque la evasión, solo en el ITBM, las erosionaba en unos 1,200 millones.

Hubo una época, creo que fue durante la administración de Ernesto de la Guardia, enque el Ejecutivo publicaba mensualmente “un estado de situación” de las finanzas públicas.Ojalá que de esa sana práctica, para bien, tome nota el susodicho funcionario.