Nada de bajarse del ring

Ellos dijeron que se mantendrán en el ring por más tiempo. En su último pronunciamiento adelantaron que el combate se prolongará, sin importarles que una cifra considerable de estudiantes aún no tenga notas del primer trimestre.

Los docentes —que no representan a todo el sistema oficial— se han mantenido en el ring, instalados en calles y aceras durante semanas. Es una pelea que sube y baja de intensidad.

Los espectadores observan el combate con cautela. Los golpes van y vienen. Hace poco, el contrincante les advirtió que no se les pagarán los salarios y que de poco sirven las marchas y la gastadera de suela de zapatos.

Los docentes luchan porque rechazan la Ley 462, que modificó la Ley 51 de la Caja de Seguro Social para garantizar el chenchén de las pensiones.

Hoy los alumnos inician el segundo ciclo del año escolar. Son tres ciclos de tres meses cada uno, y miles de estudiantes aún no han recibido clases ni calificaciones del primer ciclo.

El tiempo avanza, y como dicen los todólogos, el tiempo que se va jamás se recupera. No se repone con otro tiempo.

Las partes en conflicto —en este caso, docentes e Iglesia— se sientan a dialogar, pero al final declaran que seguirán en las calles. Así están las cosas, en este inicio del segundo trimestre escolar.