Mucha gente preparada, pero poco trabajo

En Panamá estamos viviendo tiempos duro y la verdad, conseguir trabajo se ha vuelto una odisea para muchos. Gente que se gradúa, que se capacita, que tiene todas las ganas del mundo de echar pa’lante, pero se topa con una dura realidad: las plazas de empleo son pocas y los requisitos a veces rayan en lo absurdo.

Eso sí, no todo está perdido. Hay que reconocer que instituciones como el INADEH están haciendo su parte, en donde miles de panameños pasan por sus aulas año tras año para aprender oficios, mejorar habilidades y adquirir nuevas competencias. Lo bueno del INADEH es que no te limita a un solo camino.

Hoy puedes estudiar cocina, pero mañana puedes tomar un curso de ebanistería o meterte en clases de inglés con miras al turismo u hotelería. Esa flexibilidad es clave al preparar a los ciudadanos de diferentes edades.Lo que nos falta es que el país se ponga las pilas y genere más oportunidades.

Tenemos un recurso humano valioso, con ganas de trabajar, y bien formado. Pero de nada sirve tanto esfuerzo si no hay espacio para aplicarlo. Hay electricistas manejando taxi, licenciados vendiendo empanadas, y maestras de preescolar atendiendo en supermercados. No porque no sean trabajos dignos, sino porque no es justo que alguien que se ha preparado tanto tenga que abandonar su vocación por falta de oportunidades.

El gobierno y el sector privado tienen que mirar esto con seriedad. No basta con aplaudir al que se gradúa o felicitar al que se forma, si no hay después un sitio donde pueda aplicar ese conocimiento. Además, hace falta más apoyo al emprendimiento, más incentivo a las PYMES, menos burocracia y más acción.

Panamá es un país con talento, pero si no lo aprovechamos, ese talento se va. Y cuando el talento se va, el país se queda estancado. Hay que despertar.

Periodista y profesor