La muerte ronda en Panamá

  • 30/10/2025 00:00

La gente pobre muere por falta de medicamentos, educación, caminos de penetración, por ríos y quebradas crecidas. Prueba reciente, la muerte de dos niños arrastrados por una quebrada en la comarca Ngäbe Buglé. Donde no hay puentes, pero para la presunta villa para chuposos, pretenden gastar más de 7.1 millón de dólares.

Gobernantes se ufanan con la danza de los millones, somos un país rico, pero el crecimiento económico es para unas cuantas familias, no hay desarrollo económico.

El 98% de la población no vivimos en la opulencia. De ella quizás el 70% sobrevive, con muchas carencias. La miseria está muy cerca. Esto es imperdonable en un país que genera riqueza absoluta y prueba es el Canal de Panamá, la Zona Libre bien administrada.

A la Caja de Seguro Social pretenden tomarla como salvaguarda del sistema financiero: una aberración, no solamente económica, deja en indefensión y desprotege a los cotizantes.

La muerte ronda en Panamá. Hoy son los hijos de los aborígenes, del campesino, del hijo de Juana la cocinera, la doméstica, la que vende chances, la que vende comida, pero tarde o temprano, cuando la tortilla se vuelva (como cantábamos los dirigentes y miembros de la Federación de Estudiantes de Panamá), la historia pudiera ser otra.

Cuando la población esté consciente quien es quien manda en el país y haga valer el artículo 2 de la Constitución Nacional, el cual sentencia: “El poder público sólo emana del pueblo...”. Otro gallo cantará en este gallinero.

Cuando comprendamos la magnitud de esa expresión constitucional, no habrá gobernante que se sienta omnipotente ni ofenda a la población, no habrá más emperadores o faraones. No son los ríos ni las quebradas qué matan a nuestros pobladores, es la indiferencia de los gobernantes que han llegado al poder sin sentido humanitario y de legitimación, por el contrario, han procurado llevar este país a la debacle. Panamá está de luto. Usar una cinta negra en la solapa de la camisa, es muestra de solidaridad ciudadana. Soy el hijo de Juana. Dios te salve Panamá.

Economista educador Master en Recursos Humanos