El nazareno me dijo...

Mucho revuelo causó las declaraciones de monseñor Ochogavia en Colón durante la homilía del Nazareno de Portobelo, tanto que hasta periodistas se atrevieron a hacer burla y sugerir que el monseñor era el líder de la oposición y hasta candidato político podía ser. Que triste papel que afecta la profesión de periodistas, pero para ellos no hay ley de mal praxis, cuando pierden objetividad o ensucian reputaciones, sin olvidar a los diputados periodistas que usan la curul para mentir.

¡Pero lo central del mensaje de monseñor, es un clamor de justicia! Es difícil para los alabarderos del Gobierno entender que la voz del pueblo es la voz de Dios. Que monseñor tiene la obligación cristiana de favorecer la opción por los pobres. Así como este Gobierno y sus asesores, se desviven por favorecer a un sector de empresarios y comerciantes, obligados por su “dios dinero”, los máximos jerarcas de la Iglesia, con el riesgo de recibir presión y chantaje e insultos públicos; están obligados a ser la voz de un pueblo cuyos voceros comunitarios, sindicales o gremios estén atacados o silenciados por los medios de comunicación tradicional y sus influencers prepagados en redes.

Igual que San monseñor Romero hizo en El Salvador, la iglesia alza su voz contra los violentos que reprimen a su pueblo y destituyen docentes. Atacarlos por defender comunidades del área de rio Indio, es como justificar la desaparición del padre Gallegos, por estorbarle a poderosos en Santa Fe.