El legado de la palabra escrita
- 03/11/2025 00:00
Es muy reconfortante ver la frenética actividad editorial de la que goza Panamá recientemente, de parte de autores nacionales que publican sus memorias, ensayos históricos, cuentos y hasta compilaciones de temas controversiales, como los Varela Leaks.
Parece que los panameños estamos empezando a valorar la importancia de cumplir con aquello que se le atribuye a José Martí: que en la vida hay que plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro. Ese dicho exalta la importancia del legado, la creación y la siembra simbólica del conocimiento.
Ya sean memorias —como las más recientes del Dr. José Manuel Fábrega, de Eustacio Fábrega y de Álvaro Méndez—, cuentos como los de Mario Fábrega, o novelas como la de Mónica Guardia, Panamá, 1959: el país secuestrado, que recrea lo que acontecía en aquellos años en el ámbito político. También destaca la incansable producción de José Abel Almengor, en la que resalta no solo su afición deportiva, sino sus experiencias jurídicas y el legado de sus antepasados.
Otro autor que no deja de escribir es Guillermo “Willy” Cochez, y el gusto por la palabra escrita también se le ha contagiado al comentarista deportivo y empresario Juan Carlos Tapia, quien lleva ya dos años sorprendiéndonos con una publicación anual.
Nuestra embajadora cultural en Francia, Flor María Muñoz, tuvo una intensa jornada presentando su libro “Cultura, Política y Diplomacia” durante el mes de octubre.
Este año he asistido a más presentaciones de libros de autores nacionales que en los anteriores.
No los enumero todos porque, con seguridad, se me quedaría alguno por fuera. Tal parece que este afán de escribir y publicar surgió durante la pandemia que afectó al mundo entero desde el año 2020, y el fenómeno no es exclusivo de Panamá.
Hay varios libros “en canal”, entrando en imprenta, y seguro habrá muchas sorpresas... y también otros sorprendidos.
Es saludable que tantos panameños se sienten a escribir; y nos toca, a los demás, leer lo que se publica.