El internado médico

Hemos visto como los sectores que regulan la formación médica y la educación superior no siguen recomendaciones hechas por la Facultad de Medicina del Estado, ni cumple con regular de forma efectiva la admisión, calidad de rotaciones o formación y destino de los egresados de las carreras de ciencias de la salud.

Si bien es cierto no se pueden aumentar al infinito plazas de internado para complacer a los dueños (o al monopólicamente dueño) del negocio de diplomas y tengamos graduados en cada esquina como pasa en otras profesiones. Tampoco es justo que jueguen con los sueños de los chicos que se esfuerzan y endeudan para estudiar.

Debe subirse el puntaje de pase de exámenes un poco, pero antes debe dejarse en cero la lista de aprobados pendientes. Debe crearse un mecanismo de admisión nacional a la carrera, un mismo examen donde los que ingresan decidan de acuerdo con puntaje que facultad van y que junto a su examen de egresado, se asegure su plaza de internado. Un proceso continuo y de garantías. Así también las universidades que usen los fondos de ley 89, deben asegurarse se firmen compromisos de ir a las provincias.

El internado es vital para la consolidación y traslado progresivo de responsabilidades totales a un médico idóneo, atentar contra eso es fomentar la mal praxis. Pero a las dictaduras le sale más económico quitarles salario o quitar el internado, poniendo en peligro a todos. Regular la formación es la clave, pero ¿eso es dañarle negocio a algún amigo del Gobierno?

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