Domingo de Pascua

Desde ya nos preparamos para este Domingo de Pascua, resurrección de Jesús, quien prometió y cumplió; y que representa renovación de nuestra fe.

Para quienes nos hemos levantado en hogares donde el respeto por los símbolos religiosos y el sentido de humanidad hacia nuestros semejantes es un día de regocijo y esperanza donde reina el saludo sincero, la unidad familiar y verdadera hermandad.

Y es que estamos experimentando cambios en el orden geopolítico del mundo, según plantean analistas versados, donde la adopción de medidas comerciales restrictivas entre potencias como Estados Unidos y China, afectan sin duda a países como el nuestro. Eso genera zozobra e incertidumbre. Sin embargo, segura estoy de que muchos apelamos al sentido de coherencia y espiritualidad, orando por entendimientos y buen rumbo, evitando a toda costa daños y perjuicios.

Es así como nos preparamos para este Domingo de Pascua donde bien vale agradecer por lo poco o lo mucho que tenemos, procurando equilibrio entre salud mental y física, indistintamente, del área en el que nos desenvolvamos con el interés marcado de impactar positivamente en nosotros mismos y en quienes nos rodean con mentalidad proactiva, de abundancia y de sanas expectativas.

Seamos verdaderos instrumentos de Dios para lograr las grandes transformaciones que nuestras familias y el país requiere.