Diciembre: Magia, caos y gastos

El último cuatrimestre del año siempre llega cargado de una energía singular. Para muchos, es un tiempo de esperanza y celebración, pero también representa la etapa más pesada del año, tanto en términos económicos, emocionales y sociales. En Panamá, basta salir a la calle para notar cómo el tráfico se vuelve insoportable, los centros comerciales abarrotados y la presión por cumplir con la festividad crece sin freno.

A pocas horas de iniciar diciembre, miles de familias se preparan para enfrentar una lista interminable de compromisos: Día de la Madre, la Navidad y el Año Nuevo, cada uno con sus propias exigencias. Aunque estas celebraciones traen consigo unión y alegría, también vienen acompañadas de gastos gigantescos, que actualmente superan la realidad adquisitiva de los hogares panameños.

En ocasiones, los ahorros, decimos, o hasta la quincena misma no siempre alcanzan, pero la sociedad ha normalizado endeudarse para sostener tradiciones que, en teoría, deberían ser para brindar tranquilidad. Añadido a esto, la inseguridad y los accidentes se triplican, las calles se vuelven más peligrosas, los robos aumentan y los hechos de violencia empañan el entorno festivo, agregando estrés y preocupación.

Por ello, es fundamental actuar con prudencia. No poner todos los huevos en una sola canasta, planificar con responsabilidad y entender que las fiestas son pasajeras y no deben convertirse en una carga insostenible. La verdadera magia de diciembre no está en lo que se compra, sino en lo que se comparte.