Desastre en el Minsa (Parte 2)

Sin tocar todavía los absurdos legislativos, seguimos a la espera de que el equipo ministerial se dé cuenta de que sus funciones son un desastre.

El agua y su calidad son responsabilidad del MINSA, como cabeza de la directiva del IDAAN, pero el ministro sigue creyendo que organizar ferias equivale a dar salud. El acceso al agua en el país es un total desastre, y lo peor es lo demostrado por científicos de Azuero: el agua que llega está contaminada.

Asimismo, junto al MIDA, son responsables de que la salud animal no repercuta negativamente en la salud humana a través de los alimentos que consume la población panameña. Y, a pesar de ello, estos ministerios se muestran derrotados frente al gusano barrenador. Ni hablar del dengue y otras enfermedades.

La vigilancia en salud está abandonada, la contaminación ambiental aumenta, y la lucha contra el tabaquismo se ve afectada cuando cualquier asociación cuestiona a funcionarios de salud por simplemente advertir sobre los riesgos y prevenir daños a la población. La formación y regulación de recursos humanos y especialistas está “manga por hombro”: los forman sin importarles dónde terminan trabajando.

No hay reducción de impacto ante emergencias y desastres, ni garantías de insumos y medicamentos que consumimos; basta ver lo ocurrido con la pasta dentífrica. Mientras tanto, hay “brujos” en la radio estafando al pueblo con menjurjes, y nadie hace nada. La salud pública es un desastre, y el ministro parece preocuparse únicamente por sacar dinero de la Caja para la unificación.