Caos urbano: vivir en la ciudad de Panamá
- 06/12/2025 00:00
Por: Dennys Ayala
Vivir en la Ciudad de Panamá es enfrentarse cada día a un reto casi heroico. Entre bocinazos, embotellamientos interminables y el humo de los autos que parecen multiplicarse por minuto, la vida citadina se vuelve un ejercicio constante de paciencia.
El tráfico es infernal, el transporte público sigue siendo un dolor de cabeza, la basura se acumula en las esquinas y los ríos, otrora fuente de vida, hoy son espejos de contaminación.
Los estudios de planificación urbana lo repiten sin cesar: nuestra capital crece sin rumbo, movida por el apetito del negocio inmobiliario más que por una visión de ciudad. Se levantan torres lujosas mientras las calles se hunden y los servicios básicos colapsan. El desarrollo vertical avanza, pero el agua no llega a todos los hogares y el alcantarillado apenas resiste.
El Metro ha sido un acierto y una señal de modernidad, pero el sistema Metro Bus continúa siendo insuficiente e ineficiente en muchas rutas, obligando a miles a depender del vehículo particular. Así, cada mañana, la ciudad despierta atrapada en sus propios tranques, perdiendo tiempo, productividad y salud mental.
La respuesta no está en construir una autopista más, sino en repensar el modelo de ciudad. Panamá necesita una planificación urbana que mire hacia la sostenibilidad:
transporte público multimodal y eficiente, espacios peatonales recuperados, políticas de ordenamiento territorial firmes y un desarrollo descentralizado que alivie el peso del centro capitalino.
No se trata solo de movilidad, sino de calidad de vida. Si el Municipio no asume un liderazgo real en la planificación, la ciudad terminará ahogada bajo su propio desorden.
Panamá puede ser una metrópoli moderna, pero para lograrlo, primero debe aprender a respirar.
Estudiante de Periodismo