20 de diciembre: el día prohibido olvidar

Hay fechas que se quedan tatuadas en la piel de una nación. Para nosotros, los panameños, una de esa fechas es el 20 de diciembre de 1989.

Hoy rememoramos aquella fatídica medianoche. La ciudad duerme, pero el cielo, de pronto, se ilumina de forma artificial. No son fuegos artificiales de Navidad. Es el inicio de la “Operación Causa Justa”. Un nombre que, visto desde el dolor de nuestras calles, es una auténtica burla.

Estados Unidos, la potencia más grande del mundo, despliega toda su maquinaria contra un país pequeño. El objetivo parece justo: capturar a Noriega. Pero las formas fueron muy injustas.

El epicentro del dolor fue el barrio de El Chorrillo. Allí, entre casas de madera de gente inocente, cayeron las bombas... Y cuando finalmente amaneció, hubo silencio. Un silencio que duró décadas, un silencio que se extendió a nuestros textos escolares, un silencio que todavía persiste ante la identidad de todos los caídos.

Por cada soldado gringo caído, murieron decenas de panameños que nada tenían que ver con la política ni con el dictador Manuel Antonio Noriega.

Eran padres, madres y niños que simplemente estaban en el lugar donde la historia decidió ser cruel.

Volvió la democracia, sí, pero no la justicia popular. Por todo eso, prohibido olvidar.