100 años de la huelga inquilinaria
- 14/10/2025 00:00
Domingo H. Turner señala que la huelga inquilinaria de 1925 da inicio al sindicalismo revolucionario en Panamá, pues fue dirigida por el Sindicato General de Trabajadores (SGT), a través de la Liga de Inquilinos y Subsistencias, el cual se constituye a raíz de la ruptura con la Federación Obrera de la República, de signo amarillista y cuya creación fue alentada por el liberalismo porrista en 1921.
El SGT se funda en 1924 y tenía cerca de 4,000 miembros. Entre su dirigencia destacan los hermanos Blásquez de Pedro, Sara Gratz, Esteban Pavletich, Domingo H. Turner, Diógenes de la Rosa, Eugenio Cossani, Samuel Casís, Julia Palau de Gamez, Clara González.
Ante la avalancha de inmigrantes y nacionales que se concentraban en las ciudades de Panamá y Colón para contratarse en la construcción del Canal, la oligarquía panameña invirtió en caserones de madera con cuartos de alquiler que se multiplicaban en barrios como el Chorrillo, Calidonia, San Miguel, El Marañón, en ciudad de Panamá; y Rainbow City y Folk River, en Colón. Los mismos estaban en condiciones habitacionales deplorables, lo cual llevó a los arrendatarios a organizarse en la Liga de Inquilinos y Subsistencias.
La situación se agrava con la expedición de la Ley 29 de 1925, que grava la propiedad urbana en un 5 por mil sobre el valor catastral de la propiedad, provocando que los caseros hicieran recaer el nuevo impuesto en los inquilinos, lo que significó un aumento entre el 25 al 50% de los alquileres.
Los miembros de la Liga se organizaron para iniciar las huelgas de “no pago” a partir del 1o de octubre en Panamá y el 9 en Colón, sin embargo, fueron hostigados por el gobierno, que expulsó del país a José María Blásquez de Pedro y prohibieron los mitines convocados por la Liga. El 10 de octubre es reprimido el pueblo en el Parque de Santa Ana, generando víctimas fatales como Marciano Mirones, Ferdin Jaén, Lorenzo Brown y Emilio Olivardía.
Las autoridades solicitaron la intervención militar de Estados Unidos para sofocar a los huelguistas, invocando el vergonzoso artículo 136 de la Constitución panameña de 1904 que permitía tal ingerencia, la que efectivamente se dio del 12 al 23 de octubre, suplantando el ejército estadounidense a la policía nacional en las calles, realizando arrestos y cobrando la vida de los panameños Damián Cabrera y Julián Camarena.
A 100 años de la gesta inquilinaria, ¡el ejemplo del sindicalismo revolucionario sigue vigente!