[Cuento] El oso Alonso
- 12/10/2025 00:00
Un cuento en el que la creatividad y la astucia pueden ayudarnos a aprovechar los recursos de manera eficiente, sin desperdiciar energía
Dicen que los osos son dormilones, por aquello de que hibernan por muchos meses, en sus casas llamadas oseras, cuando las temperaturas son muy frías; pero este osito que yo conocí, que tenía por nombre Alonso, dormía algunas horas cada día, a finales del verano y comienzo del otoño, en una hamaca hecha al tamaño de él.
Esta hamaca estaba colocada debajo de un árbol de manzanas y en esa época del año, cuando las manzanas estaban rojas, muy rojas, era cuando más al osito Alonso le gustaba acostarse en su cómoda hamaca.
De seguro no adivináis, ¿por qué el oso Alonso no se levantaba de aquella hamaca en esos días del año?
Les contaré, porque pude presenciar lo ingenioso que era este pequeño oso, un poquito perezoso, tan solo un poquito: Como el árbol de manzana estaba repleto de manzanas maduras a punto de caer, él había colocado justo la hamaca debajo y cuando estaba muy dormido y roncaba muy fuerte, abría muy grande su boca y las manzanas le caían en su boca abierta y allí mismo dormido se las comía, por lo tanto, no gastaba energía en recogerlas y aunque estuvieran muy altas, siempre alguna caía dentro de su boca.
Después, como por arte de magia, cuando ya tenía su panza llena, se despertaba muy contento.
¡Feliz de lucir su gran panza!
Así que mientras hubiese manzanas rojas, él dormiría feliz en aquella hamaca, pues pronto tendría que ir a hibernar a su oscura casa, por varios, varios meses.