Siempre quiere grabar... ¿amor moderno?

la tecnología también ha impactado en la vida amorosa de las personas.

Una amiga me contaba recientemente que su novio la quiera grabar cada vez que tienen sexo y eso la tiene asustada.

En estos tiempos donde todo se registra y puede viralizarse en segundos, el celular es un arma de doble filo: puede aumentar el morbo o destruir tu tranquilidad.

Al principio, grabar puede ser un juego sexy: verse después, repetir gemidos, encender la pasión. Pero cuando se vuelve una obligación o una presión para ti, deja de ser divertido y pasa a ser un problema. Si sientes que tienes que aceptar solo para no pelear o que él se molesta si dices que no, entonces la cámara se convierte en una herramienta de control, no de placer.

Tú eres dueña de tu cuerpo y de tu intimidad. No tienes que decir que sí para satisfacer el capricho de nadie. El consentimiento no es algo que se da una sola vez ni que se pierde en la cama. Si un día quieres y al siguiente no, está bien; tu pareja debe respetarlo.

También es importante pensar en el futuro. Aunque él te jure que los videos son solo para ustedes, nunca se sabe. Las relaciones cambian y los celos o resentimientos pueden convertir esos videos en armas. No hay nada más violento que ver tu cuerpo expuesto sin permiso, y el daño puede durar años.

Habla con él sin miedo. Explícale cómo te sientes y pon límites claros. Que entienda que tu comodidad es tan importante como su excitación. Si no respeta tu decisión, no es amor ni respeto, es egoísmo.

Recuerda que el sexo debe ser un encuentro de placer, confianza y libertad, no una obligación disfrazada de deseo. Si la cámara está apagada y la pasión prende igual, entonces están haciendo las cosas bien.

Tampoco debes estar ajena a los problemas que han protagonizado parejas de famosos y no famosos por videos sexuales.

Así que, si tu pareja insiste en grabar y tú no quieres, la mejor cámara que debe usar... es la de su imaginación.