“El Monstruo” que se movía por varios países
- 07/12/2025 00:00
Moreno dijo: “Yo no soy una persona santa, pero tampoco soy todo lo que dicen” y pronosticó su final
Erick Moreno, alias ‘El Monstruo’, considerado el delincuente más buscado y peligroso del Perú, fue capturado en una vivienda alquilada en San Lorenzo, como resultado de un trabajo conjunto entre la Policía Nacional y las autoridades paraguayas. La recompensa por él había llegado a un millón de soles, la cifra más alta que el gobierno ha ofrecido por un criminal.
Moreno lideraba a ‘Los Injertos del Cono Norte’, una organización conocida por extorsiones, secuestros, cobro de cupos, microtráfico y sicariato en varios distritos de la capital de dicho país. Comerciantes, transportistas y pequeños negocios eran sus principales víctimas. El Ministerio del Interior elevó la recompensa en varias ocasiones debido a la peligrosidad del grupo y a la expansión de sus operaciones. Su captura era prioritaria.
Según la Policía, Moreno utilizaba documentos falsos, nombres distintos y una red de apoyo que lo ayudaba a moverse sin dejar rastros visibles. Aun así, los investigadores detectaron que había llegado a una casa en San Lorenzo, donde se instaló hacía pocos días. El operativo se preparó durante tres meses. Agentes de inteligencia siguieron los movimientos del fugitivo cambiando de viviendas, vehículos y contactos.
La intervención ocurrió sin disparos. Los equipos tácticos entraron de forma rápida y silenciosa. En una habitación encontraron a Moreno junto a una mujer, cuya identidad no ha sido revelada pero que ahora es investigada por presunta complicidad. El detenido tenía el cabello crecido, ropa sencilla y documentos adulterados, pero fue identificado por tatuajes y rasgos faciales ya registrados en los expedientes policiales.
Tras la captura, el ministro del Interior calificó el operativo como “quirúrgico” y destacó el trabajo de inteligencia binacional. Las autoridades paraguayas confirmaron que Moreno será extraditado apenas se cumplan los procesos formales. Mientras tanto, permanece bajo custodia policial.
La noticia tuvo un impacto inmediato en la prensa latinoamericana. Moreno no solo era conocido por su prontuario en su país, sino también por su historial de fugas y capacidad para reorganizar a su banda desde distintos puntos del país. En Perú era señalado como responsable de asesinatos por encargo, amenazas a empresarios y el control de varios puntos de extorsión en Lima Norte.
Pero lo que más llamó la atención fueron sus declaraciones tras ser detenido. En una entrevista improvisada con medios Moreno dijo: “Yo no soy una persona santa, pero tampoco soy todo lo que dicen”. Aseguró que varias bandas rivales habrían utilizado su alias para cometer delitos y desviar la atención hacia él. Según su versión, grupos como los liderados por individuos conocidos como ‘El Jorobado’ y ‘Miguel Marín’ pagarían a policías corruptos en Perú para incriminarlo.
Estas acusaciones generaron respuesta inmediata. Voceros de la Policía Nacional negaron vínculos irregulares y aseguraron que todo lo dicho por el detenido será revisado, pero advirtieron que sus declaraciones podrían formar parte de una estrategia para suavizar las acusaciones en su contra.
Especialistas en seguridad de ese país señalaron que estas denuncias deben investigarse por obligación, aunque reconocen que criminales de alto perfil suelen recurrir a este tipo de argumentos para confundir o dilatar procesos.
Durante su detención dijo: “Yo sé que llegando a Lima me van a matar”. Aseguró que tiene enemigos tanto dentro del hampa como dentro de la misma policía, y que su vida corre peligro apenas pise territorio peruano. Organizaciones de derechos humanos en Perú recordaron que reclusos con información sensible suelen estar expuestos a riesgos adicionales, por lo que pidieron que se garantice su integridad física durante el proceso.
Antes de su captura, ya existía una solicitud de extradición por una condena de robo agravado. Ahora, con su detención, la Fiscalía del Perú buscará sumarle cargos por crimen organizado, sicariato, secuestro, extorsión y microcomercialización de drogas. Según fuentes fiscales citadas por medios peruanos, la caída de Moreno podría facilitar la desarticulación total de “Los Injertos del Cono Norte”, aunque advierten que estas organizaciones suelen recomponerse rápidamente cuando pierden a un cabecilla.
Moreno, de 34 años, había logrado evadir a la justicia durante más de un año. Cambiaba de país, usaba identidades falsas y mantenía movimientos financieros mínimos para evitar rastreos. Aun así, su círculo cercano cometió errores que permitieron a las autoridades ubicarlo. Uno de estos fue el uso repetido de teléfonos desechables que, aunque no estaban registrados a su nombre, terminaron conectando llamadas hacia contactos ya vigilados por la policía.
La captura también expuso la forma en que operan las redes de apoyo criminal fuera de Perú. Investigadores paraguayos explicaron que Moreno habría recibido ayuda de ciudadanos de al menos dos nacionalidades, quienes le consiguieron alojamiento, transporte y documentos, a cambio de pagos que aún están siendo rastreados. No se descarta que existan conexiones con otras bandas peruanas que tienen presencia en Argentina, Brasil y Bolivia.
En Lima, las autoridades locales esperan que la extradición permita avanzar en varios casos abiertos. Entre ellos, homicidios vinculados a disputas entre bandas, extorsiones a comerciantes y amenazas a transportistas. Algunas víctimas han declarado sentirse aliviadas por su captura, aunque temen que la banda continúe operando bajo nuevos mandos.
La caída de “El Monstruo”, un triunfo para las autoridades peruanas y paraguayas, deja abiertas varias preguntas: ¿qué tan profundas son las redes de complicidad que él mismo denunció?, ¿cuánta información está dispuesto a revelar?, ¿su testimonio permitirá desactivar células activas de su organización?, y sobre todo, ¿su banda seguirá operando desde las calles de limeñas?
La extradición definirá el próximo capítulo. Por ahora, lo único seguro es que la detención del criminal más buscado del Perú marca un golpe significativo en la lucha regional contra el crimen organizado, aunque no necesariamente el final de la historia.
En junio pasado, se conoció que la Martina Hernández, madre “del Monstruo” fue detenida y empezó a pagar 36 meses de prisión preventiva por una investigación en su contra. La acusan de tener un papel en la organización delictiva del hijo.