Panamá
Se trata de mujeres rurales organizadas del programa Redes de Familia del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES)
Un grupo de 13 mujeres panaderas de la comunidad de La Tranquilla, en el Lago Alajuela, provincia de Panamá, dejaron la comodidad de sus hogares para viajar por más de seis horas hasta la provincia de Veraguas, donde le enseñaron a cultivar arroz en fangueo, hortalizas, verduras y otros rubros.
Se trata de mujeres rurales organizadas del programa Redes de Familia del Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), que quieren diversificar sus ofertas. Están seguras de que con la asesoría técnica que recibieron podrán sembrar arroz, yuca, maíz, frijoles, zapallos, ñame y repollo.
Estas emprendedoras del Lago Alajuela, ubicado en el corregimiento de Caimitillo, son dueñas de la panadería “Las Campesinas”, donde preparan pan artesanal. El negocio que desarrollaron hace más de un año le ha generado buenos ingresos. Pero ellas quieren más, por eso viajaron hasta la comunidad de La Montañuela corregimiento de Santa Fe, en el distrito de Santa Fe, provincia de Veraguas, para aprender todo lo relacionado con la agricultura sostenible.
Estas mujeres son propietarias de tierras fértiles donde desarrollan una agricultura de subsistencia. Ahora con nuevas herramientas quieren expandirse y producir para su consumo, además de poder vender el excedente en el mercado local.
Las mujeres visitaron por dos días una Escuela Campo (parcelas demostrativas) del MIDES, donde mujeres veragüenses cultivan hortalizas y verduras. El objetivo fue aprender de ellas y que sus homólogas también aprendieran a preparar pan artesanal.
Para una de las mujeres panaderas, Aneth Martínez, el taller fue muy positivo, porque aprendieron que la yuca se siembra con un metro de distancia, que entre cada planta de ñame debe existir una distancia de 50 centímetros y que las matas de plátano se siembran con tres metros de distancia entre cada una.
Además, aprendieron temas puntuales como los efectos perjudiciales que tiene el uso de sustancias químicas en los suelos y cultivos, y la importancia de contar con técnicas de alto rendimiento y el acceso a semillas certificadas que garantizan buenas cosechas.
Aneth, muy emocionada, enfatizó que el principal objetivo del curso fue aprender a sembrar de forma amigable con el medio ambiente y contribuir a la economía en sus hogares.
“Somos mujeres entusiasmadas, motivadas, pero seguras que podemos producir parte de nuestra propia comida. Fuimos a Veraguas a aprender y enseñar. Ahora nos toca aplicar en campo todo lo que aprendimos”, destacó.