Producción de crisálidas, un negocio que coge vuelo    

Una actividad que representa un sostén económico para varias comunidades rurales de la provincia de Coclé
  • viernes 10 de diciembre de 2021 - 8:38 PM

En medio de montañas y exuberantes paisajes, se encuentra Chiguirí Arriba, una pintoresca comunidad coclesana que destaca por su belleza y la conciencia ambiental de sus habitantes. Los campesinos de este corregimiento han hecho a un lado las actividades agrícolas que perjudican al medioambiente dando paso a otras con mayor sostenibilidad, como es la cría de mariposas.

Una labor que, como explica el biólogo y presidente de la Red de Reservas Naturales Privadas de Panamá, Samuel Valdés, alienta el biocomercio -conjunto de actividades de recolección, producción, transformación y comercialización de bienes y servicios derivados de la biodiversidad nativa-

“Por medio de capacitaciones le mostramos a los vecinos del área cercana al mariposario Cerro La Vieja el atractivo turístico que sus fincas tenían para la cría y venta de mariposas”, enfatizó Valdés, uno de los precursores de esta iniciativa.

Es un proyecto con el que ha podido conectar a las comunidades de las montañas de Coclé con la ciudad capital, aprovechando recursos que habían sido degradados por la ganadería extensiva.

Hoy las oportunidades se presentan con el vuelo de cada mariposa. Su abundancia en la zona es un indicador de salud ambiental. “Cuando su número se reduce eso nos dice que algo anda mal con su entorno. En cambio, cuando aumentan algo se está haciendo bien”, comentó.

Uno de los logros del también director del mariposario del Parque Natural Metropolitano ha sido poder alargar el tiempo de vida de estos insectos, que se reduce en cautiverio.

De las mil 800 especies de mariposas diurnas que habitan en el territorio nacional, 14 figuran en el catálogo de pupas que los “productores” de crisálidas de Chiguirí Arriba distribuyen a nivel provincial.

Uno de ellos es Jaime Navarro, cuya experiencia de cinco años en este negocio ha enriquecido su visión del papel que las mariposas juegan en el balance natural. “Sin ellas no existiría el café, ni las naranjas, ni las flores porque son las guardianas de la polinización”, afirma este trabajador independiente. Su hogar es el centro de “producción” de 200 crisálidas al mes, que son repartidas entre los más de 10 mariposarios que existen en Panamá.

“Las pupas son movilizadas luego del proceso de la metamorfosis, en unas cajas especiales cubiertas de algodón por dentro y embaladas por fuera para que así no sufran ningún daño”. Es el final de un proceso que puede tomar hasta 100 días y que se inicia cuando se “recolecta el huevo en las plantas hospederas”. Después, el insecto se va formando, hasta que finalmente sale volando, en una exhibición de colores y formas que fascina a los visitantes.

La docencia es clave para obtener resultados positivos en este tipo de actividad. Navarro recomienda educar a las comunidades rurales para que se involucren en la protección de las mariposas antes los peligros que enfrentan, ya sean depredadores o el uso indiscriminado de pesticidas.

“Mi trabajo diario consiste en sembrar los árboles que alimentan a las larvas, podar, cubrir con telas para protegerlos de los parasitoides y depredadores que atacan a las orugas y pupas”, precisa Navarro, quien cree que de contar con un mayor apoyo de la empresa privada y del gobierno, los productores panameños podrían alcanzar a los de Costa Rica, país que es el líder mundial en la exportación de mariposas.

En este sentido Anthony Vega, técnico de la dirección de Áreas Protegidas y Biodiversidad del Ministerio de Ambiente dijo que no descarta que la entidad busque a futuro las rutas necesarias para apoyar de manera integral a estos comerciantes, porque este negocio además de representar un sostén económico para las comunidades rurales, es una oportunidad de restaurar un equilibrio natural impactado por la actividad humana.

"La figura actual de MiAmbiente es poder brindarle un apoyo técnico a través de las diferentes direcciones regionales y las emisiones de las autorizaciones que lleva a cabo esta actividad tal como lo estipula en la regulación nacional, nosotros programamos visitas para conocer la evolución de los proyectos que realizan", expresó.

El experto a su vez destacó la importancia de los parques naturales para el desarrollo de las mariposas y las investigaciones científicas en torno a ellas. (Ver imágenes ).

"Actualmente tenemos 16 parque naturales los cuales son un lugar de refugio donde las especies pueden desplazarse libremente en las condiciones adecuadas y pueden desarrollar sin problema su ciclo de vida; además también estos sitios ofrecen servicios eco sistémicos", concluyó.

De acuerdo con datos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) Panamá alberga aproximadamente 16 mil  especies de lepidópteros. Alrededor del 10% son mariposas.

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