Disciplina violenta, un maltrato disfrazado

Casi dos de cada tres menores de entre 1 y 14 años sufre disciplina violenta en el hogar en América Latina y el Caribe, según el mas reciente informe de la Unicef. Panamá no escapa de esta realidad y los casos se han triplicado.

Para la trabajadora social y criminóloga, Aída Selles de Palacios, la disciplina violenta ocurre porque algunos padres al tratar de corregir repiten un patrón de crianza, otras veces por trastornos mentales y por la falta conocimiento de mecanismos para educar a sus hijos terminan es maltratándolos. ‘Es la violencia más sutil que se esconde y se disfraza con la justificación de disciplinar a los hijos', expresó.

La especialista recomendó que el tema se aborde desde la familia, comunidad y en las escuelas, para que sé dé una educación temprana a los adolescentes y futuros padres, para que aprendan mecanismos como el diálogo y a ser tolerantes en la guía y enseñanza de los hijos. Además, se deben disponer de centros interdisciplinarios para atender la salud emocional de los padres o responsables de la crianza de los niños.

Selles de Palacios añadió que estos actos generalmente forman parte de la cifra oculta de formas de violencia doméstica, ya que los niños, en especial los más pequeños, son manipulados o por temor a los padres no dicen la verdad, y sí la dicen algunas veces no le creen.

El informe de la Unicef detalla que los niños tienen siete veces más probabilidades de morir por homicidio que las niñas, quienes a su vez son especialmente vulnerables a la violencia sexual después de los 10 años. Y que el castigo físico y la agresión psicológica en la primera infancia, el abuso sexual y el homicidio acechan a millones de niños y adolescentes en América Latina y el Caribe.

El sociólogo, Alonso Ramos enfatizó que en Panamá se han triplicado los casos de violencia intrafamiliar contra niños y niñas; y que esto responde a varios factores, uno de ellos tiene que ver con la crisis que viven las familias panameñas en cuanto a la reproducción de sus condiciones materiales.

Ramos también resaltó que hay factores de índole cultural que están mediando estas violencias, uno de ellos es el adultocentrismo dominante, donde se ve a los niños y niñas como sujetos sin derechos y sin una voz que sea escuchada.

Mientras que la psicóloga clínica, Geraldine Emiliani manifestó que para algunos padres se le hace más fácil gritar, lanzar cosas y pegar para que los niños hagan caso, que enseñar disciplina desde pequeño, ‘y esto pasa mucho en Panamá', reiteró.

‘Corregir es castigar, pero de buena manera, hablándoles, dándole un buen ejemplo, sin pegar, sin gritos y se le recompensa por su buen comportamiento', afirmó.

De acuerdo al Órgano Judicial ‘para 2018 se identifican 1.718 niños y adolescentes víctimas de maltrato, de los cuales 527 son por maltrato físico, 70 por maltrato psicológico y 65 manifestaron maltrato físico y psicológico. Más de la mitad de las personas menores de 18 años ingresaron en los juzgados de las provincias de Panamá y Panamá Oeste'.