La enfermería a parte de ser una profesión noble es una profesión de docencia y un arte que solo ella sabe', Escudero.
Panamá
Lo que más la conmovió fue que al llegar al hospital el paciente se queda sin familiares y ellos desean saber de su estado de salud y no pueden
Muchas veces las personas que menos sospechamos son grandes almas que con la vocación, trabajo y dedicación buscan servir a los demás, como es el caso de Eyda Escudero, una joven que divide su vida profesional en dos áreas distintas de su profesión, además de su familia.
Eyda nos describe algunas vivencias de la difícil e inesperada crisis de la pandemia de coronavirus, desde sus inicios hasta el día de hoy.
El cuarto de urgencias se divide en varias áreas, una de ellas es el área crítica donde está asignada Eyda Escudero. Ahí llegaban pacientes graves y con un alto grado de complejidad, entubados y con ventiladores.
‘Cuando recrudeció me tocó trabajar en el área de planta baja, donde nos rotaban entre el área de Choque, inyectable e hidratación y de urgencias covid-19 donde llegaban pacientes con probabilidades, con sospecha o positivos'.
El área de Choque es donde llegan los pacientes con un alto grado de riesgo, una sala de emergencias donde hay que actuar rápidamente.
Los protocolos de atención cambiaron con la presencia de la pandemia, y esto se evidenció cuando las enfermeras cuya atención es muy directa con los pacientes, tuvieron que cambiar a una comunicación no tan directa y continua, para no quedar contagiadas.
Medidas extremas en salud
La experiencia covid-19 fue inédita porque a los pocos días de conocerse su origen y propagación fue declarada una pandemia mundial. Cuenta Eyda que en el Complejo Hospitalario Arnulfo Arias Madrid, donde labora desde hace más de 12 años, las medidas se extremaron.
‘Era algo desconocido y no sabíamos la magnitud de todo esto, pero sí sabíamos que era algo grave y por ende había que mantener las medidas bien extremas', recuerda Escudero.
Recuerda que hubo que implementar mascarillas N95 para todo caso ya que ellas filtran hasta un 95% de las partículas y, aunque son bastante incómodas y anteriormente eran usadas solamente en pacientes altamente contagiosos, como los enfermos de tuberculosis, ahora tuvo que usarse en todos los pacientes y en todo momento porque no se sabía quien era portador.
La también docente en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Panamá, señala que la situación epidémica en el cuarto de urgencias del mencionado hospital fue tan grave que se tuvo que duplicar la protección temiendo la presencia del agente infeccioso en la sala.
‘Aparte de esa mascarilla N95 tuvimos que usar mascarilla quirúrgica que es incómoda y hasta puede producir heridas o úlceras en la nariz y también pantallas protectoras, cascos, lentes y otros insumos para protegernos de manera que no hubiera ninguna forma de que ese virus penetrara en el cuerpo de nosotros que estábamos tratando de cumplir, ayudar en todo lo posible y brindar nuestros cuidados a esta población que estaba enferma', relató el ángel blanco.
Riesgos y altruismo
La enfermera y también catedrática señaló el enorme riesgo al que estaban expuestos todos los que laboraban en el cuarto de urgencias, lugar donde muchos de sus compañeros sucumbieron al contagio inminente del covid-19.
‘Tuvimos una compañera del servicio de urgencia en un estado muy grave y delicado, hubo hasta una cadena de oración por ella en el hospital, fueron imágenes que quedaron grabadas en nuestra vida para siempre, gracias a Dios fue una persona muy fuerte y con las oraciones pudo salir adelante luego de varios meses de luchar por su vida', expresó Eyda conmovida.
La joven profesional de la salud fue contagiada por covid-19, estuvo aislada en su casa y vivió la incertidumbre de poder desarrollar la enfermedad de forma más grave a tal grado de quedar internada en aquel hospital.
‘Había mucho nerviosismo por parte mía y de mis familiares, gracias a Dios mi esposo y mis hijos no se contagiaron pero sí estuvieron apoyándome. Me dio dolores de espalda y piernas, eran unos síntomas diferentes como nunca había sentido algo igual y por suerte no llegó a mayores', explica Eyda.
La profesión la eligió desde niña y hoy asegura que nació para ser enfermera, era lo que quería ser y da gracias a Dios por ayudarle.
‘Es una profesión en la que uno tiene que entregarse a la persona y dar la mejor cara. Tiene además múltiples roles no solamente se ve a un paciente enfermo, sino a una persona sana, a alguien con familia, a una persona que tiene diferentes dimensiones o factores que la afectan en sí y vemos todo al rededor de ella'.
Finalmente, dijo que tuvo una compañera que se vio obligada a dejar a su bebé recién nacida en el interior del país para poder seguir laborando y estar cien por ciento en el hospital en Panamá, para que su hija no se contagiara.
La enfermería a parte de ser una profesión noble es una profesión de docencia y un arte que solo ella sabe', Escudero.